"El Maestro chan Tsu Hsin y el poeta Huang Shan Ku era buenos amigos. En cierta ocasión, el poeta pidió a Tsu Hsin que lo iniciase en el secreto más misterioso del Camino.
¿No has oído el viejo dicho de Confucio: "No me preocupa el que los adivinos predigan mi verdadero futuro o no...Sólo estoy seguro de algo y es de que mi destino se desarrollará según su propia voluntad" Dime, ¿qué piensas de esto? -preguntó el Maestro.
Cuando el poeta Juang estaba a punto de responder, fue detenido por un gran grito "¡no!", que lo dejó un poco confuso.
Poco después , durante la estación de floración de las moreras, los amigos estaban paseando en medio de las montañas.
¿No hueles la fragancia de las moreras en flor?- preguntó Tsu Hsin
-Por supuesto que sí
-Ya ves, no te oculto nada
Al oír esto, el poeta comprendió por sí mismo y empezó a expresar su agradecimiento al Maestro.
-Oh. Maestro, tu corazón es tan amoroso como el de un abuelo...
Sonriendo, Tsu Hsin hizo la siguiente observación:
-Deseo que vuelvas a casa.
Comentario: El Maestro deja que su amigo el poeta "vuelva a casa", y "casa" quería decir la naturaleza original del verdadero yo. En la tradición chan, dichos como un "un viejo anfitrión" o "los verdaderos ojos de la paz y del silencio" tienen el mismo significado que "casa" y "naturaleza del verdadero yo". Los ríos y las montañas están ante los ojos allí donde miremos. No hay lugar alguno en el que no se exprese el Camino. Éste es el gran secreto a voces del universo, nada es inexplicable. Sin embargo, el poeta Huang no lo veía. Buscaba la llave para abrir para siempre la puerta de la naturaleza del verdadero yo. Utilizando la parábola de la floración, el Maestro le mostró el camino exacto hacia la naturaleza primigenia del ser. Le señaló el Camino de regreso a casa que, por su constante errar, Huang Shan Ku había abandonado hacía tiempo.
Enseñanzas de los primitivos Maestros Chinos-100 Koans del Budismo Chan-
Alexander Holstein
No hay comentarios:
Publicar un comentario