El cuerpo humano contiene materia cósmica "
Paracelso
Demuestra Paracelso que en el hombre late una "fuerza sidérea" emanada de los astros que constituye su forma astral. Esta fuerza sidérea que pudiéramos llamar espíritu de la materia cometaria, permanece directamente relacionada con los astros de que procede y así quedan los hombres en mutua atracción magnética. Considera también Paracelso, que el cuerpo humano tiene la misma composición química de la tierra y los demás astros y dice así: "El cuerpo procede de los elementos y el alma de los astros...De los elementos saca el hombre en comida y bebida lo necesario para sustentar su carne y sangre; pero de las estrellas le viene el sustento de la mente y pensamientos de su alma".
También expuso Paracelso y a los fisiólogos toca comprobarlo, que el cuerpo no sólo se alimenta por medio del estómago, "sino también, aunque imperceptiblemente, de la natural fuerza magnética de que cada individuo extrae su nutrición específica...pues de los elementos en equilibrio atrae el hombre la salud y de los perturbados la enfermedad".
Van Helmont, discípulo de Paracelso, atribuye el magnale magnum o propiedad del mutuo afecto entre dos personas a la simpatía universal entre todas las cosas de la naturaleza. El magnetismo es una fuerza desconocida, de naturaleza celeste, sumamente semejante da las de los astros que no está impedida por límite alguno de espacio y tiempo... Toda criatura tiene su peculiar potencia celeste y está íntimamente relacionada con el cielo. Esta mágica potencia del hombre permanece latente en el interior hasta que se actualiza en el exterior. Esta sabiduría y poder mágicos están dormidos pero la sugestión los pone en actividad y se acrecienta a medida que se reprimen las tenebrosas pasiones de la carne...
Cornelio Agrippa: Las estrellas constan de los mismos elementos que los cuerpos terrestres y por esta razón se atraen recíprocamente las ideas... Las influencias se ejercen tan sólo con auxilio del espíritu difundido por todo el universo en armonía con los espíritus humanos. El que anhele adquirir facultades sobrenaturales debe tener fe, esperanza y amor... En todas las cosas hay un oculto y secreto poder de que dependen las maravillosas facultades mágicas".
Mesmer: 1) Hay recíproca influencia entre los astros, la tierra y los seres vivientes
2) el medio transmisor de esta influencia es un fluido universal y unitónicamente difundido por todas partes 3) Esta influencia recíproca está sujeta a leyes dinámicas desconocidas hasta ahora
El prof. Mayer corrobora que la tierra es un gigantesco imán y supone que su potencial depende de las emanaciones del sol...entre el sol y la tierra hay un sucesivo y continuado flujo y reflujo de influencias.
Paracelso la llamaba luz sideral y consideraba los astros (incluso nuestra tierra) como porciones condensadas de luz astral, “caídas en la generación y en la materia”, pero cuyas emanaciones magnéticas o espirituales conservaban incesante comunicación con el origen patrio de la luz astral. A este propósito dice: “Los astros nos atraen hacia ellos; y nosotros los atraemos hacia nosotros. Madera es el cuerpo y fuego la vida que, como la luz, viene de las estrellas y los cielos. La magia es la filosofía de la alquimia”. Todo lo del mundo espiritual, ha de llegarnos a través de las estrellas, y si estamos en armonía con ellas, obtendremos inmensos efectos mágicos.“ Así como el fuego pasa a través de una estufa de hierro, así también los astros pasan a través del hombre y le comunican sus propiedades, del mismo modo que la lluvia fertiliza la tierra en que penetra. Los astros rodean a la tierra, como el cascarón al huevo.A través del cascarón pasa el aire y penetra hasta el centro del mundo.” El cuerpo humano, lo mismo que la tierra, los planetas y las estrellas, está sujeto a la doble ley de atracción y repulsión y saturado del influjo doblemente magnético de la luz astral. Todo es doble en la naturaleza: el magnetismo es positivo y negativo, activo y pasivo, masculino y femenino. La noche descansa al hombre de la actividad del día y restableceel equilibrio, tanto de la naturaleza humana como de la cósmica. "
Paracelso la llamaba luz sideral y consideraba los astros (incluso nuestra tierra) como porciones condensadas de luz astral, “caídas en la generación y en la materia”, pero cuyas emanaciones magnéticas o espirituales conservaban incesante comunicación con el origen patrio de la luz astral. A este propósito dice: “Los astros nos atraen hacia ellos; y nosotros los atraemos hacia nosotros. Madera es el cuerpo y fuego la vida que, como la luz, viene de las estrellas y los cielos. La magia es la filosofía de la alquimia”. Todo lo del mundo espiritual, ha de llegarnos a través de las estrellas, y si estamos en armonía con ellas, obtendremos inmensos efectos mágicos.“ Así como el fuego pasa a través de una estufa de hierro, así también los astros pasan a través del hombre y le comunican sus propiedades, del mismo modo que la lluvia fertiliza la tierra en que penetra. Los astros rodean a la tierra, como el cascarón al huevo.A través del cascarón pasa el aire y penetra hasta el centro del mundo.” El cuerpo humano, lo mismo que la tierra, los planetas y las estrellas, está sujeto a la doble ley de atracción y repulsión y saturado del influjo doblemente magnético de la luz astral. Todo es doble en la naturaleza: el magnetismo es positivo y negativo, activo y pasivo, masculino y femenino. La noche descansa al hombre de la actividad del día y restableceel equilibrio, tanto de la naturaleza humana como de la cósmica. "
fragmentos de ISIS SIN VELO
H.P.Blavatsky
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