"Mucho más tarde supe de los campos de concentración de los horrores de la guerra, de las ciudades arrasadas y, por fin, de las bombas atómicas...que el idolatrado Einstein había ayudado a construir.
Cuando se probó en el Atolón de Bikini la primera bomba de Hidrógeno, y corría el rumor de que por estar el Planeta lleno de ese elemento, podría desencadenarse una explosión que sería el fin del Mundo, me encontraba junto a la radio y escuché su rugido terrible, repetidos estruendos en uno solo.
Y ví por la TV la llegada del primer Hombre a la Luna; su inolvidable huella en el polvo cósmico. Y no hace mucho, visité Texas un museo donde están el Apolo XI, los trajes utilizados, trozos de roca lunar. Todo... ¿para qué? Ni se siguió viajando a la Luna ni eso favoreció a un Mundo cada vez más conflictivo y hambriento. Después lo supe, el caso era quien llegaba primero, si USA o la URSS. Una mera competencia para amedrentar al enemigo, un antecedente de lo que luego se llamaría impropia y vanidosamente "Guerra de las Galaxias", que acabó en las interminables colas para comprar patatas podridas y en los sofisticados sistemas que permiten matar a un hombre sin verle ni siquiera la cara...y que nos asusta porque amenaza con un fusil, detrás de una palmera o de las ruinas de un retrete.
Los nuevos explosivos plásticos sirvieron para matar cobardemente. Los paracaídas se reservaron para los aviones de guerra.
En algunos lugares del Mundo se arrojan alimentos al mar para mantener los precios, mientras que en otros mueren millones de seres humanos de hambre.
Ya no elegimos ni la bebida, ni la comida, ni las ropas. Los "Amos de la caverna" como los hubiera llamado Platón, lo hacen por nosotros. Vuelven los racismos de todos los colores, y aún dentro de un mismo color, pues el tribalismo cavernario ha regresado de la mano de la reutilización de gases asfixiantes para exterminar pueblos enteros, esos gases que fueron prohibidos por la Convención de Ginebra hace 70 y tantos años y que ni lo locos que desencadenaron la 2ª Guerra Mundial se atrevieron a usar.
Uno produce...veinte especulan...uno consume
El Estado es un socio para las ganancias, jamás para las pérdidas. Y a la hora de la verdad, importa más una tarjeta de crédito que una vida. El que es pobre, no encontrará ni una cama limpia donde morir.
Y todos contentos pues tenemos democracia, leyes, multitud de asociaciones benéficas y los debates en la ONU. Y todos contentos porque nos han vuelto locos y nos reímos de nuestras desgracias. En las fotografías siempre todos sonrientes.
A Dios lo echaron de las iglesias el interesante tema de los preservativos, de las sinagogas el problema de las barbas; y de las mezquitas la prevención de que las mujeres no muestren la suela del zapato ni usen gafas de sol. Muchos budistas se hicieron guerrilleros, los brahmanes adoran el trasero de las vacas y el ideal del Shinto se reemplaza por mejores aparatos electrónicos.
Confucio lee a Mao.
Se profanan las tumbas. Se desentierra a los enterrados y se tiran los bebés a la basura. A los abuelos se les abandona en las gasolineras. Al fiel perro que lamía las manos de sus amos le espera una patada que lo arroje de un coche en marcha, pues molesta en las vacaciones.
¡Cómo nos habéis defraudado!
¿Este era el maravilloso siglo XX? ¿El Siglo de la justicia y la paz?
Y ahora que estamos locos, que se abre sobre nuestras cabezas el cielo para dejar pasar sus mortíferos rayos, y que la tierra, el aire y el agua apestan, ¿nos dejaréis hacer Filosofía, buscar la Verdad esté donde esté? ¿Creer de nuevo en Dios, pues es lo único evidente de este mundo?
¡Nos habéis defraudado!"
Jorge Angel Livraga Rizzi- 1990
fragmentos del artículo: NOS HABEIS DEFRAUDADO
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