Los pensamientos son tan sutiles que ningún instrumento ha sido capaz de registrarlos.* Es por eso que disponemos de voz; ésta nos permite transmitir nuestros pensamientos. Pero si avanzas espiritualmente y cultivas la calma interior, serás capaz de sentir y leer los pensamientos de los demás. Cuando estás inquieto, tu radio mental está fuera de sintonía y no puedes recibir sus mensajes mentales. Si tu conciencia está fijada en los aspectos externos –el cuerpo, los deseos, lo que hacen los demás- nunca se dará cuenta de las sutiles actividades que suceden a tu alrededor. Los cinco sentidos son extremadamente limitados. Los ojos pueden ver sólo ciertas vibraciones de luz. Los oídos pueden recibir solamente ciertas frecuencias de sonido – cualquier vibración demasiado alta o demasiado baja no es percibida. El universo entero está enviando música hacia nosotros y no la escuchamos: el sonido de Om o Amén, que emana de toda la creación. ‘Viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.’** El hombre es el inventor de instrumentos que pueden realizar trabajos que él no es capaz de hacer. El microscopio le otorga un supersentido que le permite observar cosas imposibles de ver a simple vista. La radio permite saber más cosas del mundo que ningún otro medio.*** Pero recordad que es el hombre el que ha descubierto los principios universales que hacen posibles tales inventos. Es el poder de la mente lo que debéis cultivar. Cuando te desarrollas espiritualmente, tu visión y tu oído pasan a ser tan sensibles que perciben las vibraciones de los pensamientos, que son la verdadera esencia de las bastas vibraciones que podéis percibir con los limitados sentidos físicos.
De modo que en el espiritualismo, igual que en cualquier otro campo, existen los
fraudes; y sobre aquellos que tienen algún desarrollo espiritual están aquellos
bienintencionados, pero cuyos poderes psíquicos no están guiados por la sabiduría. En
cualquier caso, es peligroso jugar con el mundo de los espíritus a través de médium. No
puedes contactar con los santos a través de esos canales; y si algún espíritu es invocado,
procederá seguramente de los reinos astrales más bajos. Pero si eres sincero, es posible a
través de la meditación y el desarrollo espiritual contactar con los seres queridos muertos o con
los santos.
Cuando nos despertamos por la mañana, vemos que somos exactamente iguales a
como éramos antes de ir a dormir. Del mismo modo, cuando despertamos en el mundo astral
después de morir, descubrimos que somos los mismos; tal vez seamos algo más jóvenes en
apariencia y libres de enfermedades.
No nos convertimos en ángeles por el simple hecho de morir. Si somos ángeles ahora
lo seguiremos siendo después. Si somos personas oscuras y negativas, seremos los mismos
tras la muerte. Del mismo modo que en este país hay partes hermosas y otras que no los son,
así sucede en el mundo astral. De acuerdo con la forma en que has vivido en la tierra, irás a
una parte bella o a una desagradable en el otro mundo. Jesús habló de estas distintas
regiones: ‘En la casa de mi Padre hay muchas mansiones.’*
Los planos astrales están formados por distintas atmósferas o vibraciones, y cada alma
que se va de este mundo es atraída por aquella atmósfera que está en armonía con su
vibración particular.
De manera que si miras a través del cristal de los prejuicios, el odio o la
emoción, no puedes ver a las personas tal y como son. Tan pronto como dejes que estos
sentimientos te perturben, te sentirás irritable y molesto con el resto de la gente. Pero cuando
estás en calma y en paz interior, amas a todo el mundo y sientes que puedes ser un amigo
para los demás. Esa es la armonía que Dios pretende que haya en su creación. Debes
desarrollar la tranquilidad mental para que los malos pensamientos de los demás no te
molesten o te influencien. Entonces empezarás a sentir la sutil naturaleza de los seres
humanos y el universo en el que vivimos, y estarás más cerca de conocer la cuarta dimensión.
Pero aunque no podemos recordar nada específico sobre pasadas relaciones, el amor
entre almas –o incluso una profunda atracción de odio- une a esas almas en otra vida después
de esta. Es por eso que, en esta encarnación, te has sentido fuertemente atraído o no por otras
personas. Siempre te sentirás naturalmente atraído por aquellas que conociste antes. Una
amistad profunda es imposible con alguien que no conociste en otra vida. Esto es un hecho. A
base de conocer y entender a los demás, incrementamos el tesoro de los amigos y seres
queridos de una encarnación a otra.
Cuando en esta vida eres atraído a almas alas que quieres, pero con las cuales tienes
peleas y no acabas de entenderlas –como sucede entre miembros de las misma familia- y
tienes que esforzarte para estar con ellas, eso significa que en vuestras pasadas vidas tuvisteis
una relación de amor-odio. Un ejemplo de esto fue Judas, el cual traicionó a Jesús. Judas
conoció a Cristo en otras vidas, y estaba destinado a estar entre su fabulosa familia de
discípulos. Aunque traicionó a Jesús, éste le amó incondicionalmente, del mismo modo que la
madre quiere al hijo malvado. Jesús conoció a sus doce discípulos antes, y ellos le habían
conocido a él. Es por eso que hubo una inmediata atracción. Krishna reconoció de un modo
similar a su discípulo: ‘Oh, Arjuna, muchos nacimientos hemos experimentado tú y yo. Yo los
recuerdo todos, pero tú no.’*
La relación entre discípulo y gurú es la más bella puesto que es incondicional y
duradera: están en contacto a través de cada reencarnación. Y en el momento de la muerte, el
gurú viene a guiar al discípulo en la transición del cuerpo físico al mundo astral.
He hallado en esta vida a muchas almas que conocí antes; y ellas me han reconocido a mí. En
vidas anteriores ellos fueron míos y yo fui suyo. Muchos de los que han venido a mí en esta
vida son almas que yo conocí antes.
Cuando ves una película o una obra de teatro, si ya conoces la historia de antemano,
no tiene tanto interés. Es bueno que no comprendas esta vida, porque Dios está proyectando la
película de tu vida. No sería interesante que supiéramos lo que va a suceder antes de tiempo.
No estés ansioso por saber lo que va a suceder en el final. Pero siempre reza a Dios,
‘Enséñame a interpretar mi papel en la vida –fuerte o débil, enfermo o sano, rico o pobre- con
una actitud inmortal, para que al final de este drama pueda comprender su significado.’
No pierdas el tiempo. Tú eres la creación más importante de Dios, mayor que todas las
que ha creado. Has sido bendecido con el poder de pensar y razonar. Dios dice, ‘Te di
voluntad; Te di libertad de escoger para que puedas olvidar a todas las cosas y amarme a Mi,
el que te dio todos esos regalos.’ Yo descubrí que todos los riachuelos de mis deseos
conducían al gran Océano de la Conciencia. Muchos de vosotros nadáis hacia ese océano
pero os detenéis en la misma orilla. Si seguís haciendo el bien en la vida, llegaréis al océano
de la conciencia divina a través de los arroyos de vuestros deseos. Todas las ‘realidades’ de la
vida que están ante ti pasarán a ser irreales. Hoy somos, pero mañana no. Debemos recordar
nuestro deber hacia ese gran Poder que se halla detrás de nuestras vidas. Si queremos
entender esta vida, debemos darnos cuenta del trabajo de Dios, de la llama de Su mente que
arde en nuestros pensamientos, de la vida que fluye a través de nuestras almas, de los
mundos y mundos que se esparcen por el cosmos. Nuestras vidas son el reflejo de ese
Espíritu. La ola no puede existir sin un océano detrás; así que debemos darnos cuenta de la
existencia de ese gran océano de la vida que late bajo nuestras vidas.
PARAMAHANSA Yogananda-fragmentos: El Romance Divino
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