Existe un párrafo en el Bhagavad-Gîta en donde hablando Krishna simbólica y esotéricamente, dice”:Yo indicaré los tiempos [condiciones]... en que los devotos al partir [de esta vida], lo hacen, para no volver jamás [a renacer], o para volver [a encarnarse de nuevo]. El fuego, la llama, el día, la quincena brillante [feliz], los seis meses del solsticio del Norte, partiendo,[muriendo]... en éstos, los que conocen a Brahman [los Yogis], van al Brahman. El humo, la noche, la quincena sombría [desgraciada], los seis meses del solsticio Meridional[muriendo]... en éstos, el devoto va a la luz lunar [o mansión, también la Luz Astral], y vuelve [renace]. Estos dos senderos, el brillante y el sombrío, se dice que son eternos en este mundo [o Gran Kalpa (edad)). Por el uno se va [el hombre] para no volver jamás, por el otro vuelve. Ahora bien, estos nombres “el fuego”, “la llama”, “el día”, la “quincena resplandeciente”, etc.; y “el humo”, “la noche” y así sucesivamente, que conducen tan sólo al fin del sendero Lunar, son incomprensibles sin conocimientos del Esoterismo. Todos ellos son nombres de varias deidades que presiden sobre los Poderes Cosmo psíquicos. Hablamos con frecuencia de la Jerarquía de “las Llamas”, de los“Hijos del Fuego”, etc. Sankarâchârya, el más sabio de los Maestros Esotéricos de la India, dice que el Fuego significa una deidad que preside sobre el Tiempo (Kâla). El hábil traductor del Bhagavad-Gitâ, Kâshinâth Trimbak Telang, M. A. de Bombay, confiesa que él “no posee idea alguna clara de la significación de estos versos”. Por el contrario, para el que conoce la doctrina oculta, resultan completamente claros. El sentido místico de los símbolos solares y lunares se halla relacionado con estos versos. Los Pitris son Deidades Lunares y nuestros antecesores; pues ellos crearon al hombre físico. Los Agnishvatta, los Kumâras (los siete místicos sabios), son deidades Solares, si bien son también Pitris; y éstos son los “Formadores del Hombre Interno”. Ellos son “Los Hijos del Fuego”, porque son los primeros Seres llamados “Mentes” en la Doctrina Secreta, desenvueltos del Fuego Primordial. “El Señor... es un Fuego devorador”253. “El Señor aparecerá... con sus ángeles poderosos en fuego llameante”254. El Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles a manera de “lenguas de fuego”255. Vishnu volverá sobre Kalki, el Caballo Blanco, como último Avatâra, en medio de fuego y de llamas; y Sosiosh descenderá igualmente en un Caballo Blanco en medio de un “tornado de fuego”. “Y vi el cielo abierto, y contemplé un Caballo Blanco en el que estaba montado... y su nombre llámase el Verbo de Dios”, en medio de Fuego llameante. El fuego es Æther en su forma más pura, y de aquí que no se le considere como materia; es la unidad del Æther –la segunda deidad manifestada– en su universalidad. Pero existen dos “Fuegos”, y en las enseñanzas ocultas se establece una distinción entre ambos. Del primero, o sea del Fuego puramente sin forma e invisible, oculto en el Sol Central Espiritual, se habla como siendo Triple (metafísicamente); al paso que el Fuego del Cosmos manifestado, es Septenario en el Universo y en nuestro sistema solar. “El fuego del conocimiento consume toda acción en el plano de las ilusiones” —dice el comentario—. “Por lo tanto, quienes lo han adquirido y están emancipados, son llamados “Fuegos”. Hablando de los siete sentidos simbolizados por Hotris o Sacerdotes, Nârada dice en el Anugîtâ: “Así, estos siete [sentidos, olfato, gusto, color, sonido, etc.] son las causas de la emancipación”; y el traductor añade “De estos siete es de los que el Yo interno tiene que emanciparse. “Yo” [en la sentencia, Yo estoy... desprovisto de cualidades] debe significar este Yo interno y no el Brâhmana que habla"
Los primordiales son los Seres más elevados en la Escala de la Existencia. Son los Arcángeles del Cristianismo, los que se niegan a crear o más bien a reproducirse, como lo hizo Miguel en este último sistema, y como lo hicieron los “Hijos mayores nacidos de la Mente” de Brahmâ (Vedhas).
Los Progenitores del Hombre, llamados en la India Padres, Pitaras o Pitris, son los “Creadores” de nuestros cuerpos y principios inferiores. Ellos son nosotros mismos como primeras personalidades, y nosotros somos ellos. El hombre primordial sería“hueso de sus huesos y carne de su carne”, si ellos tuviesen huesos y carne. Según se ha dicho, eran “Seres Lunares”. Los que dotaron al hombre de su EGO consciente, inmortal, son los “Ángeles Solares”, ya se les considere así metafórica o literalmente. Los misterios del Ego Consciente o Alma Humana, son grandes. El nombre esotérico de estos Ángeles Solares es literalmente los “Señores” (Nâth) de “devoción incesante y perseverante” (Pranidhâna).
¡Cuán precisa y verdadera es la expresión de Platón; cuán profunda y filosófica es su observación sobre el Alma o Ego (humano) cuando lo definió como “un compuesto de lo mismo y de lo otro!” Y sin embargo, ¡cuán poco ha sido comprendida esta alusión, dado que el mundo le atribuyó el significado de que el Alma era el Aliento de Dios, de Jehovah! Es “lo mismo y lo otro”, según dijo el gran Filósofo–Iniciado; pues el Ego –el“Yo Superior”, cuando inmergido con y en la Mónada Divina– es el hombre, y sin embargo, lo mismo que lo “otro”; el Ángel en él encarnado es lo mismo que el Mahat Universal.
La filosofía Esotérica, sin embargo, enseña que una tercera parte de los Dhyânis–esto es, las tres clases de Pitris Arûpa dotados de inteligencia, “la cual es un soplo informe, compuesto de substancias intelectuales no elementarias” fue sencillamente condenada por la ley del Karma y de la evolución a renacer, o encarnar, en la Tierra. Algunos de éstos eran Nirmânakâyas de otros Manvantaras. De aquí que los encontremos, en todos los Purânas, reapareciendo en este Globo, en el Tercer Manvantara –léase Tercera Raza–Raíz– como Reyes, Rishis y Héroes. Esta doctrina, siendo demasiado filosófica y metafísica para ser comprendida por las multitudes, fue, como ya se ha dicho, desfigurada por el sacerdocio, con objeto de sostener su dominio sobre aquéllas por medio del temor supersticioso. Los supuestos “Rebeldes”, pues, eran sencillamente aquellos que, obligados por la ley Kármica a beber la copa de hiel hasta su última amarga gota, tuvieron que encarnar de nuevo, convirtiendo así en entidades pensantes responsables a las estatuas astrales proyectadas por sus hermanos inferiores. Se dice que algunos rehusaron porque no poseían los materiales requeridos –esto es, un cuerpo astral–, pues eran Arûpa. La negativa de otros se fundaba en que habían sido Adeptos y Yogîs en Manvantaras anteriores"
H.P.Blavatsky
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