Este libro tan antiguo es la obra original de la cual fueron compilados los muchos volúmenes del Kiu-tí. Y no solamente este último y el Siphrah Dzenioutha, sino que también el Sepher Yetzirah [El rabino Jeshoshua Ben Chananea, que murió hacia el año 72 de nuestra Era, declaró abiertamente que había hecho «milagros»por medio del libro Sepher Yetzirah, y desafiaba a los escépticos. Franck, citando el Talmud babilónico, habla de otros dos taumaturgos, los rabinos Chanina y Oshoi. (Véase Jerusalem Talmud, Sanhedrín, cap. VII, &; y Franck, Kabalah, págs. 55, 56). Muchos de los ocultistas, alquimistas y kabalistas de la Edad Media han pretendido lo mismo, y aun el último mago moderno, Eliphas Lévi, lo asegura públicamente en sus obras sobre magia]–la obra atribuida por los kabalistas hebreos a su Patriarca Abraham (!); el Shu-King[Alrededor de 5000 años de antigüedad, escrito en los primitivos caracteres «Sello»(Chuan-tze) sobre bambú. Ver también nota al pie de la p. 9 –Ed.], la Biblia primitiva de la China; los volúmenes sagrados del Thoth-Hermes, egipcio; los Purânas de la India; el Libro de los Números caldeo, y el Pentateuco mismo, todos han sido derivados de aquel pequeño volumen padre. Dice la tradición que fue escrito en senzar, la lengua secreta sacerdotal,conforme a las palabras de los Seres Divinos que lo dictaron a los Hijos de Luz en elAsia Central, en los comienzos de nuestra Quinta Raza: pues hubo un tiempo en queeste lenguaje (el senzar) era conocido de los Iniciados de todas las naciones, cuando los antepasados de los toltecas lo comprendían tan bien como los habitantes de la perdida Atlántida, que lo habían heredado a su vez de los sabios de la Tercera Raza,los Mânus-his, quienes lo aprendieron directamente de los Devas de las Razas Primera y Segunda. La viñeta de que se habla en Isis, se refiere a la evolución de estas Razas y a la de las Razas Cuarta y Quinta de nuestra Humanidad durante la Ronda o Manvantara Vaivasvata; estando cada Ronda constituida por los Yugas de los siete períodos de la Humanidad, cuatro delos cuales han pasado ya en nuestro Ciclo de Vida, y debiendo alcanzarse muy pronto el punto medio del quinto. Este dibujo es simbólico como cualquiera comprenderá perfectamente, y abarca el fondo desde el principio. El antiguo libro, después de haber descrito la evolución cósmica y explicado el origen de todas las cosas que existen en la tierra, incluso el hombre físico; después de hacer la verdadera historia de las Razas, desde la Primera hasta la Quinta (la nuestra), se detiene. Hace alto al principio del Kâli Yuga, hace ahora exactamente 4.989 años, cuando acaeció la muerte de Krishna, el resplandeciente«dios-Sol», héroe y reformador vivo y efectivo.Pero hay otro libro. Ninguno de sus poseedores le considera como muy antiguo, pues nació a los comienzos de la Edad Negra, y tiene tan sólo la antigüedad de ella, o sea unos 5.000 años. Dentro de unos nueve años , terminará el primer ciclo de los 5.000 primeros, que comenzó con el gran ciclo del Kâli Yuga, y entonces se cumplirá la última profecía contenida en aquel libro, que es el primer volumen de profecías referentes a la Edad Negra. No tenemos que esperar mucho tiempo, y muchos de nosotros veremos la aurora del Nuevo Ciclo, a cuya conclusión no pocas cuentas y litigios se habrán pagado y zanjado entre las razas. El volumen II de las profecías se halla casi terminado, habiéndose preparado desde los tiempos de Shankarâchârya, el gran sucesor de Buddha. Debe llamarse la atención acerca de otro punto importante, que es el principal de los que constituyen la serie de pruebas en pro de la existencia de una Sabiduría primitiva y universal, por lo menos para los kabalistas cristianos y para los eruditos. Sus enseñanzas fueron, al menos, conocidas en parte por varios Padres de la Iglesia. Se sostiene, con fundamentos puramente históricos que Orígenes, Synesio y aun Clemente de Alejandría, habían sido iniciados en los misterios, antes de añadir alNeoplatonismo de la escuela Alejandrina, el sistema de los gnósticos, bajo velo cristiano. Y más aún: algunas de las doctrinas de las escuelas secretas, aunque no todas ciertamente, se conservan en el Vaticano; y desde entonces, se han convertido en parte y porción de los Misterios, bajo la forma de adiciones desfiguradas, hechas por la Iglesia Latina al programa cristiano original. Tal es el dogma de la Inmaculada Concepción, en la actualidad materializada. Esto explica las grandes persecuciones emprendidas por la Iglesia Católica Romana contra el Ocultismo, la Masonería y el Misticismo heterodoxo en general.
Los días de Constantino fueron el último punto crítico en la historia, el período de la lucha suprema que terminó en el mundo occidental con la destrucción de las antiguas religiones en favor de la nueva, construida sobre sus cuerpos. Desde entonces, la perspectiva de un pasado remoto, más allá del Diluvio y del Jardín del Edén, comenzó a ser interceptada a las indiscretas miradas de la posteridad por modo forzoso e implacable, y recurriendo a toda clase de medios lícitos e ilícitos. Se cerraron todas las salidas; se destruyeron todos cuantos documentos podían hallarse a mano. Y, sin embargo queda todavía lo suficiente, aun entre estos documentos mutilados, para autorizarnos a decir que hay en ellos toda la prueba que se requiere para demostrar la existencia efectiva de una Doctrina Matriz.
Se han salvado de los cataclismos geológicos y políticos bastantes fragmentos para narrarnos la historia; y todos los que sobreviven, demuestran hasta la saciedad que la actual Sabiduría Secreta fue en un tiempo la fuente original, la corriente perenne siempre fluyendo, de la cual se alimentaban los riachuelos (las religiones posteriores de todos los pueblos), desde la primera hasta la última. Este período que comienza con Buddha y Pitágoras y termina con los neoplatónicos y los gnósticos, es el único foco que nos muestra la historia, donde por última vez convergen brillantes rayos de luz emanados de edades remotísimas, y no obscurecidos por el fanatismo
Los días de Constantino fueron el último punto crítico en la historia, el período de la lucha suprema que terminó en el mundo occidental con la destrucción de las antiguas religiones en favor de la nueva, construida sobre sus cuerpos. Desde entonces, la perspectiva de un pasado remoto, más allá del Diluvio y del Jardín del Edén, comenzó a ser interceptada a las indiscretas miradas de la posteridad por modo forzoso e implacable, y recurriendo a toda clase de medios lícitos e ilícitos. Se cerraron todas las salidas; se destruyeron todos cuantos documentos podían hallarse a mano. Y, sin embargo queda todavía lo suficiente, aun entre estos documentos mutilados, para autorizarnos a decir que hay en ellos toda la prueba que se requiere para demostrar la existencia efectiva de una Doctrina Matriz.
Se han salvado de los cataclismos geológicos y políticos bastantes fragmentos para narrarnos la historia; y todos los que sobreviven, demuestran hasta la saciedad que la actual Sabiduría Secreta fue en un tiempo la fuente original, la corriente perenne siempre fluyendo, de la cual se alimentaban los riachuelos (las religiones posteriores de todos los pueblos), desde la primera hasta la última. Este período que comienza con Buddha y Pitágoras y termina con los neoplatónicos y los gnósticos, es el único foco que nos muestra la historia, donde por última vez convergen brillantes rayos de luz emanados de edades remotísimas, y no obscurecidos por el fanatismo
Deben darse a conocer al público los esfuerzos de muchos adeptos que ha habido en el mundo, de poetas y escritores clásicos iniciados de todas las épocas, para conservar en los anales de la humanidad el conocimiento por lo menos de la existencia de tal filosofía, ya que no el de sus verdaderos principios
H.P. Blavatsky
fragmentos
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