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miércoles, 19 de noviembre de 2014

LA TERAPIA DEL SONIDO





Antiguas tradiciones afirmaban que la vida y la salud dependían de un continuo de proporciones y de relaciones armónicas que se extendía desde el interior de la mente, pasando por el cuerpo, hasta la sociedad y el mundo natural.  Las mismas proporciones y armonías se manifestaban en forma de sonido y de música. El sonido, aplicado correctamente, podía producir curaciones restaurando la integridad musical del cuerpo y el alma. Entre las recomendaciones de los médicos antiguos, solían figurar los cantos rítmicos y los cánticos escogidos entre un repertorio tradicional de secuencias melódicas sagradas.

Los sabios de las culturas antiguas concebían la música terrenal como un eco o resonancia de la música cósmica, que obedecía sus mismas leyes divinas. Si esos sonidos terrenales reflejaban las leyes divinas, tenían el poder de aliviar el dolor y el sufrimiento y de fomentar la salud y la curación

El sonido es una fuerza poderosa; cuando se abusa de él, puede molestar, desorientar, hacer daño; incluso matar. El respeto a la vida y el sentido de la responsabilidad moral son indispensables para hacer un uso adecuado de las energías sonoras. A los estudiantes de la filosofía clásica se les exigía este sentido de la responsabilidad, donde se elegía cuidadosamente la música curativa para garantizar la salud, la pureza y la estabilidad del carácter.

El conocimiento de los ritmos, los sonidos y las palabras de poder ha sobrevivido a siglos de materialismo y siguen siendo un legado vivo para los siglos venideros.

El ser humano se asemeja a un instrumento musical muy complejo, único y delicadamente afinado. Cada átomo, cada molécula, cada célula, cada tejido y cada órgano del cuerpo emiten continuamente las frecuencias de la vida física, emocional, mental y espiritual.

En el siglo XIX se llevaron a cabo investigaciones científicas sobre los efectos fisiólogicos de la música, a base de medir sus incidencias sobre la respiración, el ritmo cardíaco, la circulación y la presión sanguínea. Como fruto e estas investigaciones, se encontraron secuencias musicales escogidas que conseguían aliviar dolores concretos. 


Fragmentos de "El Libro de la Terapia del Sonido" 
OLIVEA DEWHURST-MADDOCK






Cómo nos afecta la música:


La música enmascara los sonidos y sensaciones desagradables.

La música hace más lentas y uniformes las ondas cerebrales

La música influye en la respiración.

La música influye en el ritmo cardíaco y la presión arterial

La música reduce la tensión muscular y mejora el movimiento y coordinación del cuerpo

La música influye en la temperatura

La música aumenta los niveles de endorfinas

La música regula las hormonas del estrés

La música y el sonido estimulan la actividad inmunitaria

La música cambia nuestra percepción del espacio

La música cambia nuestra percepción del tiempo

La música refuerza la memoria y el aprendizaje

La música favorece la productividad

La música favorece el romance y la sexualidad

La música estimula la digestión

La música favorece la resistencia

La música mejora la receptividad inconsciente al simbolismo

La música genera la sensación de seguridad y bienestar


Fragmentos de EL EFECTO MOZART
Don Campbell

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