El intelecto universal es la más íntima, real y propia facultad y eficacia del alma del mundo. Uno e idéntico, lo llena todo, ilumina el Universo y determina la naturaleza a producir sus especies según conviene; y se comporta respecto de la producción de las cosas naturales como nuestro intelecto con la adecuada producción de las especies racionales. Los pitagóricos lo llaman "motor" y "agitador" del Universo.
Los platónicos lo llaman "forjador del mundo". Dicen que este forjador desciende del mundo superior, que es absolutamente uno, a este mundo sensible que está fragmentado en una multiplicidad; por lo que en él reina, no solamente la amistad, sino también, en razón de la distancia y separación de sus partes, la discordia. Este intelecto, infundiendo y alojando algo de suyo en la materia, estando él quieto e inmóvil, todo lo produce. Es llamado por los magos "fecundo en gérmenes" o bien "sembrador", porque él es quien impregna la materia de todas sus formas, y según el modo y naturaleza de éstas, configura, forma y entreteje la materia en órdenes tan admirables, que en manera alguna pueden atribuirse al azar ni a cualquier otro principio que no tenga en sí la aptitud de diferenciar y ordenar. Plotino lo llama "padre" y "progenitor", porque desparrama las semillas en el campo de la naturaleza, y es el inmediato dispensador de las formas. Nosotros lo llamamos "artífice interno", porque da forma a la materia configurándola desde dentro, así como desde lo interior de la semilla o raíz echa y desarrolla el tronco; de lo interior del tronco extrae las ramas; de lo interior de las ramas, las conformadas ramitas; de lo interior de éstas despliega los botones; desde dentro forma, configura y teje como si fuera con nervios las hojas, las flores, los frutos…."
Fragmentos: "DE LA CAUSA, PRINCIPIO Y UNO" Giordano Bruno
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