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lunes, 24 de octubre de 2016

EL REY COMO GARANTE DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO

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Para el pensamiento mágico primitivo, el rey, como personificación de una fuerza divina, irradia sacralidad inundando todo lo que le rodea, poseyendo además poderes sobrenaturales, como los de provocar la lluvia, conjurar calamidades, curar enfermos, fecundar los campos, etc.

De cualquier manera, el rey es garante del orden, la prosperidad y, en suma, la felicidad del país, respondiendo de su gestión incluso con el propio trono.

La obligación del rey de procurar el bienestar de sus súbditos queda reflejada en textos como el de Schetepibre, que instruye a sus hijos sobre la misión del buen rey: "El es quien ilumina las dos tierras más que el disco solar". El es quien hace que las dos tierras estén más verdes que un Nilo crecido. Ha llenado las dos tierra de fuerza y de vida. El rey es Ka"

El rey mediante la Imitatio Dei, ha de reproducir a su nivel la labor cosmificadora, fecundadora y legisladora del Dios creador cuando se enfrentó al caos primordial. Pues bien, el rey debía ordenar, legislar, civilizar, en suma, la parte de ese caos primordial a él asignado, convertida ahora en cosmos con el de mantener su orden, es decir, sirviendo de puente o comunicación de la potencia sagrada que a su través fluía hacia todas las partes de su territorio, impidiendo el resurgimiento de cualquier injusticia o desorden.

Un texto griego que es interpretado, como resto de esta antigua concepción de la realeza aparece en la Odisea en boca de Ulises: "esos reyes poderosísimos y devotos de los dioses que imperan sobre muchos y esforzados corazones, hacen florecer la justicia y bajo cuyo cetro los campos se cubren la ricas mieses, los árboles se cargan de frutos, los rebaños se multiplican, los mares son como nunca fértiles, en sus naturales riquezas, y los pueblos, en fin, son siempre dichosos; que tales suelen ser los resultados en los pueblos gobernados por príncipes piadosos y justos"

Vuelve a asociarse la felicidad del país con el rey justo, y a éste con su entrega a los dioses. En el texto clásico citado, el término "justos" equivale al "orden", es decir, el orden mantenido por el rey viene a ser la causa de la prosperidad del país, y tal orden es fruto del repeto y de la imitación de la voluntad de los dioses

Por el contrario, cuando el rey no refleja ese orden cósmico en su territorio y comete injusticias o faltas, aunque sean rituales, que no son redimidas debidamente, la desgracia asola el país. Como dice el drama de Edipo rey: "La ciudad se va muriendo en los gérmenes fructíferos de la tierra, en los partos de las mujeres, todos terminan sin nacimiento".

En resumen, al igual que la divinidad organizó el caos imponiendo su voluntad mediante leyes cósmicas, así el rey o régulo, delegado o representante suyo, ha de imponer la volunad divina, es decir, las leyes naturales en su territorio, manteniéndolo ordenado. Cualquier calamidad social será debida a que el líder no está imitando fielmente a Dios, lo que impide la afluencia de carga sagrada en los niveles humanos"



Fragmentos de"EL PENSAMIENTO JURÍDICO PRIMITIVO"
Autor: Javier Alvarado Planas

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