En Astronomía, como se ha dicho, Mercurio es el hijo de Cœlus y Lux: del Firmamento y de la Luz, o el Sol; en Mitología, él es la progenie de Júpiter y Maia. Es el “Mensajero” de su Padre Júpiter, el Mesías del Sol; en Griego, su nombre Hermes significa, entre otras cosas, el “Intérprete”: la Palabra, el LOGOS, o VERBO. Ahora bien; Mercurio nació en el Monte Cyllene, entre pastores, y es el patrón de estos últimos. Como Genio psicopómpico, conducía las Almas de los Muertos al Hades y las volvía a traer: cargo que se atribuyó a Jesús después de su muerte y resurrección. Los símbolos de Hermes-Mercurio (Dii Termini) eran colocados en las vueltas de los caminos, lo mismo que se colocan ahora cruces en Italia, y eran cruciformes. Cada séptimo día, los sacerdotes ungían con aceite estos Términos y una vez al año les colgaban guirnaldas; por tanto, eran los ungidos. Mercurio, al hablar por medio de sus oráculos, dice:
Yo soy aquel que llamáis el Hijo del Padre [Júpiter] y de Maia. Dejando al Rey del Cielo [el Sol] vengo a ayudaros, mortales.
Mercurio cura a los ciegos y devuelve la vista mental y física. Muchas veces era representado como de tres cabezas y llamado Tricéfalo, Triple, como uno con el Sol y Venus. Finalmente, Mercurio, según muestra Cornutos, era algunas veces figurado bajo una forma cúbica, sin brazos, porque “el poder del lenguaje y elocuencia pueden prevalecer sin ayuda de las manos o de los pies”. Esta forma cúbica es la que relaciona directamente los Términos con la Cruz, y la elocuencia o el poder del lenguaje de Mercurio fue lo que hizo decir al astuto Eusebio: “Hermes es el emblema de la Palabra que crea e interpreta todo”, pues es el Verbo Creador; y él muestra a Porfirio enseñando que el Lenguaje de Hermes –interpretado ahora Verbo de Dios (!)en el Pymander–, un Lenguaje (Verbo) Creador, es el Principio Seminal esparcido por todo el Universo. En Alquimia, “Mercurio” es el Principio radical Húmedo, el Agua Primitiva o Elementaria, que contiene la Semilla del Universo, fecundada por los Fuegos Solares. Los Términos cruciformes representaban también esta idea dual, que se encontró en Egipto en el Hermes cúbico. El autor de The Source of Measures nos dice por qué. Según él muestra, el cubo desarrollado se convierte en una cruz en forma de Tau, o cruz egipcia; y también “el círculo unido a la Tau da la cruz ansata” de los antiguos faraones. Habían aprendido esto de sus sacerdotes y de sus “Reyes–Iniciados” hacía edades, y también lo que significaba “un hombre unido a la cruz”, cuya idea “se hizo que se relacionase con la del origen de la vida humana, y de aquí la forma fálica”. Sólo que esta última entró en acción evos y edades después de la idea del Carpintero y Artífice de los Dioses, Vishvakarman, crucificando al “Sol–Iniciado” en el torno cruciforme. Según dice el mismo autor:
El poner un hombre en la cruz...fue usado en esta forma de manifestación por los indos. Pero era para que se “relacionase” con la idea del nuevo nacimiento del hombre por medio de la regeneración espiritual, no por la física. El Candidato a la Iniciación era atado a la Tau o cruz astronómica, con una idea mucho más grandiosa y noble, que la del origen de la mera vida terrestre.
Doctrina Secreta
H.P. Blavatsky
Tomo IV
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