"He vivido en absoluto éxtasis. Lo único que mi corazón no sabía era amar la vida. Durante veinte años he vivido sintiendo sólo un hambre inmensa, una inmensa sed por algo que no conseguía identificar.
Pero las cosas han cambiado. Esté donde esté y cualquiera que sea mi trabajo, tengo presente la generosa ley que transforma nuestras acciones en flores y esas flores en Dios.
El hambre que me acompañó durante tantos años era la voluntad de vislumbrar lo que estaba más allá de mí. Lo intenté de diversas maneras y ahora he hallado el único camino seguro: a través de Dios.
El alma busca a Dios como el aire caliente busca las alturas o los ríos corren hacia el mar. Y tiene dos poderes: el deseo de buscar y la capacidad de luchar por lograrlo.
Todas las almas alcanzarán a Dios, no importa cuánto tiempo se demoren.
El alma jamás dejará de buscar a Dios. Cuando Lo encuentre, descubrirá que también El la estaba buscando".
Kahlil Gibran
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