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Cartas de los Mahatmas-fragmentos

Uno de  los  Maestros  dijo  que,  en  el  mundo  de  hoy,  donde  se  encuentran  tan  pocos  que  tengan   deseos   desinteresados  p...

lunes, 31 de marzo de 2008

LA MUERTE PERSONAL Y LOS CICLOS DEL RENACIMIENTO




Cuando observamos los ciclos de la vida, vemos la fertilidad, la muerte y el renacimiento en todas las cosas. Todos los seres humanos pasan por muchos finales y muchos principios en sus vidas. Estos ciclos de la vida conllevan muertes que son meramente cambios en el modo de actuar en la esfera del mundo tangible. Estos cambios o muertes se pueden etiquetar como divorcio, cambio de trabajo, nueva dirección o cumpleaños.




Todas las personas empiezan un ciclo de la muerte cincuenta y ocho días -dos ciclos lunares de veintiocho días más dos días de luna nueva- antes de su cumpleaños, marcando un Rito del Pasaje que consiste en repasar los acontecimientos y las lecciones del año anterior y después dejar marchar el pasado. Para algunos, este proceso llega en forma de tristeza o de estrés. La mayoría de los seres humanos no saben que están en su ciclo de muerte personal. A muchos no les gusta el aniversario del día de su nacimiento, olvidando que al alba, ese mismo día de su nacimiento, empezarán un ciclo de renacimiento.



Las oportunidades para crecer y desarrollarse conllevan una promesa especial si las personas están dispuestas a librarse de cualquier juicio referente a su pasado. No hay lugar para estos remordimientos en el ciclo del renacimiento y deben dejarse descansar junto con las críticas personales o de autorrechazo. Llegar a ser conscientes de las nuevas oportunidades que encontraremos en nuestro camino requiere un cierto esfuerzo.




Este Rito del Pasaje exige la aceptación de todo lo que ha pasado antes, el perdón a los demás y a nosotros mismos y determinación para abrazar lo nuevo con el corazón feliz. De esta manera todos los seres humanos pueden empezar de nuevo sin remordimientos, dejando que el misterio de la vida se revele en sus vidas.



De "LA MEDICINA DE LA TIERRA" de Jamie Sams

LAS LEYES DE LA ARMONIA


La imagen puede contener: montaña, cielo, árbol, exterior y naturaleza


Cuenta la leyenda que, a los sones de su lira armoniosa, construyó Anfión, los muros de Tebas. Al conjuro de la música las piedras se movían, danzaban, se ordenaban y ocupaban su lugar formando el recinto de la antigua ciudad.

En ese símbolo subyace uno de los más profundos significados de la mitología grida. La exégesis de ese mito revela, ante todo, que la armonía es la ley fundamental del universo, y que la misma ley compenetra la Tierra, su diminuto fragmento. Todas las formas, por tanto, son sensibles a aquellas fundamentales leyes cósmicas. Y en el secreto del conocimiento de esas profundas leyes y para aquel que sabe operarlas, se halla la evocación de la vida y por tanto, de la belleza. Es un trasunto legendario del Demiurgo que, a través de los ritmos, plasma sus sueños y como un milagro, los construye. Todos los reinos se hallan compenetrados por esa inmensa música del universo que hacía operativa, en el mito, la flauta mágica de Anfión.

Cuenta por otro lado la tradición hinduista, que Brahman creó al mundo danzando. Esa otra poética interpretación del poder de creación de la obra maestra del gran artífice, es una de las más bellas y trascendentales imágenes del símbolo. A los ritmos de la gran música de los espacios, la creación es como un juego sublime.

Todos los seres creados, toda la humanidad sin distinción, formamos parte del universo. Por tanto, nos hallamos inmersos en ese infinito mar de armonías que los místicos perciben en sus estados de remonte y beatitud, de liberación y éxtasis.

La armonía crea y sostiene los mundos, ritma y mide sus órbitas, integra sus respectivas materias, ordena su ley, siempre a imagen del arquetipo divino o modelo solar, radiante, (nuestro padre) que todos poseemos. Todo lo que es inarmónico, se halla al margen de gran ley universal. Es como un vacío, una burbuja infinitesimal en ese plano armónico.


Sólo cuando el hombre deviene un instrumento vivo de la gran armonía, se vincula al ritmo de la suprema creación, y es capaz de interpretar y transmitir las ondas de vida que emanan constantemente del creador, el Sol manifestado, el músico supremo.


Josefina Maynade "Símbolos y el Hieros Logos"

sábado, 29 de marzo de 2008

LA PRINCESA QUE CREIA EN LOS CUENTOS DE HADAS





"La gente se convierte en víctima de víctimas cuando su necesidad de ser amada eclipsa su necesidad de ser respetada. En suma, todo lo que consigue una persona en lo que ha decidido, ni más ni menos.

Llevar consigo un legado de dolor es siempre una elección...irresponsable, por otra parte. Todo el mundo es responsable de sus actos y de controlar su propio dolor para que no influya en los demás.

Cuando dejas que los juicios de los demás sean más importantes que los tuyos, estás despreciando tu propio poder.

Pero como todo poder, se debe reconocer y practicar porque, de lo contrario, permanece dormido.

Con frecuencia, la gente que no se siente merecedora de amor, como el príncipe, duda del cariño de los demás hacia ella pues cree que no pueden sentir amor hacia una persona tan indigna como ella.

¡Ojalá pudiera sentir paz después de todas las cosas que me han sucedido!
Puedes.
¿Cómo? preguntó la princesa
Queriendo
¿Queriendo qué?
Continuar trabajando en lo que sientes sobre lo que te ocurrió en el pasado hasta que estos sentimientos dejan de tener poder sobre ti. Queriendo, esta vez, consolar y tranquilizar a Vicky en vez de echarle la culpa por todo y, asimismo, con el deseo de perdonarte por ser incapaz de hacerlo mejor de lo que lo hiciste en aquella ocasión.

No entiendo por qué me tuvo que pasar todo esto, -comentó.

La vida es difícil. Algunas personas entran en la vida de otras dejando una gran huella en su corazón y consiguen que nunca vuelvan a ser las mismas de antes. Ahora bien, no ser la misma puede ser mejor.

¿Cómo puede alguien ser mejor después de haber sido herido?
¿No has conseguido saber más cosa sobre lo que es el amor?, ¿no has aprendido más sobre lo que eres y lo que no, ¿no has logrado reunir la fuerza necesaria desde lo más profundo de tu ser sin saber siquiera que la tenías?

En cada relación y en cada experiencia se nos ofrece un don inapreciable. Cuanto antes puedas verlo, antes serás capaz de superar el dolor.

El dolor es mejor maestro que el placer. Piensa en ti misma como en una persona que está entrenándose, y en tus experiencias como tus lecciones; de estas últimas emana la sabiduría que hace la vida más completa, más rica...y más fácil.

Así es como la gente aprende mejor. Asimismo, el sufrimiento puede ensanchar tu corazón y dejar más sitio para el amor y la alegría.

La forma en que viviste el ayer marcó tu hoy y la forma en la que vivas hoy condicionará tu mañana. Cada día es una nueva oportunidad para ser como quieres ser y para que tu vida sea como tú quieres que sea. No sigas atrapada en tus viejas creencias por más tiempo...

Los años han pasado y los peligros también, estás a salvo para ser tú misma 

Tu misión consiste en llevar a cabo el plan que el universo tiene para ti.

Tu Yo superior, el que forma parte de un todo, es perfecto, siempre lo fue y siempre lo será.

Cuando aceptas el milagro de lo que eres y te amas de forma incondicional, es fácil cambiar todo lo que necesitas cambiar.

Dondequiera que esté la verdad, ahí hay amor.

++

¿Cómo sabré que es él?

Por la pureza de su espíritu y la grandeza de su corazón.

Uno ama a los demás igual que se ama a sí mismo…. Con amabilidad y aceptación o con dureza y rechazo.

¿En eso consiste el secreto del amor verdadero? Preguntó la princesa.


Uno no puede amar a una persona que no le guste y eso significa que te guste lo que la otra persona es en realidad y no lo que quieres o necesitas que él o ella sean.

¿Tiene alguna parte más este secreto?

Sí, muchas más como, por ejemplo, confiar, compartir y ser los mejores amigos. De hecho el amor verdadero significa libertad y crecimiento antes que posesión y limitaciones. Asimismo, es sinónimo de paz y no de confusión, también de seguridad en vez de miedo. Significa además entendimiento, lealtad, estímulo, compromiso, conexión y, lo que es más importante para ti, princesa, significa respeto. Porque cuando uno no es tratado con respeto, aparece el dolor y nadie lo puede evitar… un dolor profundo, molesto, destructivo, capaz de crispar los nervios y que, en ningún caso, forma parte de la belleza que encierra el amor verdadero.

El amor verdadero significa aceptar los desacuerdos como amigos y compañeros de equipo y no como adversarios o rivales, pues el auténtico amor no consiste en luchar o en ganar y tampoco significa degradación, crueldad, ataque o violencia. Hace de tu hogar, tu palacio, no tu prisión.

Uno no puede encontrar lo que está buscando a no ser que sepa primero lo que es.

Cuando sientes que la verdad forma parte de ti ¡es magia!


Fragmento de "La Princesa que creía en cuentos de Hadas" de Marcia Grad

RITMOS COSMICOS (EL NACIMIENTO DE LA PRIMAVERA)


Teniendo en cuenta que el año sideral nace cuando entra el Sol en el equinoccio de primavera, o sea, cuando el brazo de la gran cruz que pulsa el Sol se halla en el signo de Aries, las grandes fiestas de exaltación de la pureza, tenían lugar en el mes de marzo, bajo la advocación de Ares, el ardiente dios de la fuerza y el dominio, el que da la tónica del vencimiento sobre uno mismo en cuya casa zodiacal se halla la exaltación del Sol. Los griegos llamaban al mes de marzo, de Elafebolion y las fiestas de precepto se consagraban al dios Dionisos, personificación mística del Sol.

En este momento del nacimiento de la primavera, el lema de identificación con el espíritu solar era de “regeneración” integral. Las prácticas catárticas y la promesa interior confluían en esa transmutación de fuerzas en el individuo mismo, que convierten la pasión en puro y exaltado amor, todo egoísmo en generosidad, toda tristeza o apagamiento en alegría y esplendor, todo decaimiento en vivificación y salud. La fuerza recibida del Sol a través del ritual astrológico y de la magia natural, establecían un eficaz enlace del individuo y del ambiente con el espíritu solar, donador de vida infinita.

Precedía al simple ritual luni-solar unos días de ayuno y purificación física, mental y síquica rigurosa, con abluciones, vahos, meditaciones y ejercicios idóneos. El ritual biológico de purificación era completo en esas fechas cruciales y predisponía al candidato al digno recibo de la ofrenda sideral.

Las leyes que rigen esos cuatro grandes ritmos derivados de la cruz sideral, son inherentes a la misma naturaleza humana aunque su raíz brote de lo universal. La humanidad siempre ha necesitado y necesitará de esos empalmes cíclicos con las fuerzas paternales del universo del que formamos parte.

En el brazo de Aries, en que se honraba el nacimiento de la primavera, era costumbre popular, en esas fechas, cumplir con las purificaciones religiosas, que constituían para todos una gran medida terapéutica, y celebrar luego el nacimiento natural con banquetes de amor. En ellos se coronaban los asistentes, mutuamente, de flores y ardían las hogueras en honor del signo de la exaltación solar. Por su significación sideral, se exaltaba la adolescencia, la inocencia, la pureza, el entusiasmo, o posesión divina. Se organizaban procesiones nocturnas con antorchas encendidas, se danzaban ditirambos, la danza exaltada de la alegría, se cantaban himnos a Ares y al Sol, a los espíritus del fuego, a todas las hadas que hacen crecer las flores.

En tanto el pueblo se regocijaba, fiel a las prescripciones exotéricas de los santuarios, en sus áditos secretos, en sus criptas de iniciación, tenían lugar las ceremonias mágicas. En ellas, se ponían en juego, a través de las prescripciones astrológicas, las fuerzas de los elementos y toda la gama de las vibraciones planetarias y el inmenso potencial luni-solar.


Josefina Maynade (Los Símbolos y el Hiero-Logos)

DESTINO Y NECESIDAD



“He vencido al Destino y el Destino me obedece”.
Isis

Las siete esferas, como se las llama, tienen como su Regente a la deidad denominada Fortuna o Destino, (La “Fors”, la Fuerza por excelencia) que cambia todas las cosas según la ley del crecimiento natural, obrando con una fijeza que es inmutable, y que, sin embargo, es variada por el movimiento sempiterno.
El Cosmos se mueve dentro de la vida misma de la eternidad, y ésta contenido en esa eternidad de la que surge toda la vida. El cosmos es un ser eternamente viviente. El Cosmos es aquello en lo que se halla contenido el tiempo, y es por el progreso y movimiento del tiempo como es mantenida la vida en el Cosmos. El proceso del tiempo es regulado por un orden fijo; y el tiempo, en su curso ordenado, renueva todas las cosas del Cosmos sucesivamente. Su retorno a sí mismo es determinado por la necesidad. De este modo, el tiempo es eterno en virtud de su recurrencia cíclica, pues la eternidad entra en el tiempo.


El Destino es la fuerza por medio de la cual todos los sucesos son llamados a acontecer, pues todos los sucesos se hallan unidos en una cadena irrompible por los lazos de la necesidad. El Destino, pues, o bien es Dios mismo, o bien es la fuerza que ocupa el siguiente rango después de Dios; es el poder que, en conjunción con la necesidad, ordena todas las cosas del cielo y de la Tierra según la ley de Dios. Destino y Necesidad, por tanto, están vinculados inseparablemente y unidos el uno al otro. El Destino genera los comienzos de las cosas; la Necesidad fuerza los resultados que siguen. Y en el tren de Destino y Necesidad va el orden, esto es, el entretejimiento de los sucesos, y su disposición en sucesión temporal. Nada hay que no esté dispuesto en orden, el Cosmos consiste enteramente en orden. Estos dos, el Destino y la Necesidad (Ananke), están estrechamente vinculados por una cohesión inseparable. Su creador, Heimarmene (Destino), les creó antes que a cualquier otra cosa. De ese modo Necesidad supone también el fin de todas las cosas. A partir de ahí, el Orden, que es su trama y su urdimbre, actúa, y el tiempo queda dispuesto para la perfección de todas las cosas. Por eso, sin la intervención del Orden, queda reducido a la nada.

Este destino al que los griegos llaman Moiras, son las “administradoras de Justicia”, las que equilibran o vengan las transgresiones de las leyes del desarrollo natural. En Egipto, era Sekmet, “La Poderosa”. Castigan a los transgresores de los límites impuestos por la Necesidad. De acuerdo con esta teoría, cada persona y cada cosa tienen designado, un determinado lugar y una determinada función. “Son los arcones, los antiguos Siete Ancianos los que imprimen en el alma el destino”. Todos los cuerpos celestes están sometidos a esa ley (destino o necesidad). Un tipo de ley impersonal situada más allá del Olimpo, castiga el pecado de hybris, (la ofensa a los límites circunscritos y contra el propio destino), y restaura el orden eterno que el transgresor intentaba violar. Desde sus inicios el mundo fue considerado como el reino del Destino y de la Ley. Asimismo, los Estoicos nos hablaban de dos leyes que rigen la existencia: Necesidad y Finalidad. Siendo la finalidad, la que hace necesarios los hechos de nuestra existencia.



Corpus Hermeticum
fragmentos

viernes, 14 de marzo de 2008

FÉNIX: CORAZÓN INMORTAL



Cuenta el mito y la leyenda que el Ave Fénix en Egipto, símbolo de Ra y Osiris, asociado también al planeta Mercurio, se consumía por la acción de su propio fuego, y de sus cenizas surgía un ave fénix nueva y rejuvenecida, más fuerte y bella que la anterior. También relatan los sabios egipcios que esto era posible porque el Fuego no destruía su puro corazón. En su lenguaje simbólico, nos velan y revelan a la vez, pequeños y grandes misterios, y nos dejaron señales brillantes para todo el que está despierto, como éstas: “El Ba, sólo puede vivir en un corazón puro. El corazón es un don de Dios, y la morada de este dios interior. El Padre-Madre de las transformaciones. Un corazón puro es el mayor tesoro que un hombre puede tener”. La realidad oculta de Pluton está representada en el símbolo de Fénix, que nos habla de la inmortalidad de la vida que yace dentro de la forma. La Vida que renace perpetuamente a una nueva vida de las cenizas de su viejo ser. Es el triunfo sobre la muerte, de la vida inmortal aprisionada en la materia. Es la Renovación perpetua gracias al Dios interior, que nos permite evolucionar, crecer, renacer a una expresión cada vez más perfecta, más auténtica de nuestro verdadero Yo espiritual.




Mª Dolores Villegas -2008-Madrid

EL RETORNO DE LOS ANGELES



¿QUIENES SON LOS ANGELES? ¿A QUIEN SIRVEN?
Los Angeles son seres de luz o de fuego que actúan en los diversos planos y que constituyen el Cuerpo místico de Dios, la Creación. Su irradiación es reducida con el fin de penetrar en la dimensión densa y material del Universo.

La palabra ángel viene del griego, aggelos, que significa “mensajero”. En hebreo se les llama malakhím, “mensajeros” o “enviados”. La palabra malakh significa mensajero, y viene de la raíz melekh, que designa a la realeza. Son los Agentes divinos que sirven de intermediarios entre los mundos superior e inferior. Realizan las misiones que se les encomiendan (malakhouth significa misión)

La tradición enseña que cuando diez personas se reúnen para rezar, crean un malakh, es decir, un Angel o un mensajero. Así, los Malakhim corresponden al mundo de los Egrégores.

Los Angeles son normalmente invisibles y cuando se dejan ver, bajo la orden de su Maestro, tienen la apariencia de un humano, pero transfigurado por una luz sobrenatural, son los Angeles de Luz. Aparecen en sueños o por medio de visiones que han vivenciado numerosos místicos de todas las religiones.

Son “Espíritus” que escapan de las necesidades de la condición carnal, no se alimentan, no engendran. Los Angeles conocen secretos inaccesibles al hombre, pero hay misterios que Dios guarda para sí mismo. Son inmortales, pero Dios puede destruirlos con facilidad. También puede crearlos constantemente, con cada palabra que pronuncia.

El Angel es una substancia simple dotada de vida, de palabra y de inteligencia. Esta substancia es de fuego o de luz. No desobedecen nunca a Dios y cumplen escrupulosamente sus órdenes. Exaltar es su alimento, santificar su bebida, adorar su alegría. Los Cielos están repletos de ellos, hasta el punto de quebrarse por su peso porque “no existe ni un mínimo espacio que no sea ocupado por un Angel arrodillado o prosternado” dice una frase atribuida al Profeta.

En relación con el Amor divino, son los Agentes de la Iluminación y de la Sabiduría, y desempeñan un rol protector e inspirador para el hombre que busca el Sendero espiritual. Inspiran en los hombres los Ideales más nobles y generosos de superación de sí mismos que pueden sentir en su corazón. Por la fuerza del amor, garantizan la armonía y la unión de la Creación (religo), cantando la alabanza de dicha Creación, y preservando su equilibrio dinámico.

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CONOCER NUESTROS TRES ANGELES CUSTODIOS

Cada individuo está en relación particularmente con tres de los setenta y dos Guías de Luz que reciben el nombre de Angeles Custodios. Lenain decía sobre ello: “Siguiendo la doctrina de Agrippa, cada uno de los hombres tiene tres Angeles Guardianes o Genios; el primero sagrado, no emana de la fuerza de los astros pero viene como mensajero de Dios, en cuanto el alma es creada. Ese Espíritu es universal y está por encima de la Naturaleza; es el director de la vida; trasmite la Luz divina, es decir, la Luz del Verbo que ilumina a todo hombre que llega al mundo y exalta el Alma hacia el Creador; se le conoce por la tabla de las horas. El segundo Genio emana del mundo astrológico, es decir, de la fuerza de los astros; lleva al hombre hacia la virtud; influye sobre la moral y la palabra; se le conoce por la tabla de los días. El tercer Genio emana del mundo elemental; domina el físico del hombre; influye sobre la salud, el movimiento y las acciones; se le conoce por medio de la tabla de los quíntuplos”.

Los tres Angeles Custodios tienen su correspondencia en uno de los tres planos que componen la personalidad humana: el plano mental, el plano emocional y el plano físico. De esta manera, si todos los mensajeros celestes responden favorablemente a una invocación, podemos dirigirnos de manera privilegiada a esos tres Angeles Custodios de acuerdo a nuestras afinidades particulares.

Evidentemente, para establecer ese contacto con nuestros propios Angeles Custodios, se necesita que la persona haya comenzado un verdadero trabajo interior, que se encuentre en el camino de la individualización que le permitirá atravesar sus propias sombras, miedos y experiencias difíciles acumuladas en su inconsciente personal, y que pueda conectarse con su Yo superior, el centro y la globalidad de su propio Ser que le permitirá unir lo particular y lo universal. Como dice C.G. Jung: “la individualización no excluye al Universo, lo incluye”.



COMO COMUNICAR CON LOS ANGELES

Los Guías de Luz jamás se imponen en la conciencia humana y se encuentran invariablemente al servicio de aquellos que soliciten su ayuda. Responden a la voluntad del hombre, trasmitiéndole las fuerzas espirituales de las cuales son vectores. No contradicen la Naturaleza, ya que saben que el Hombre debe vivir sus propias experiencias para avanzar en el Sendero de la realización espiritual.

No obstante, para establecer contacto con los Angeles, debe establecerse una relación de armonía, ya que leyes muy precisas rigen los diversos planos de manifestación desde lo visible hasta lo invisible y no pueden ser ignoradas. Por lo tanto, se debe encontrar un lenguaje que permita esta comunicación, y el lenguaje universal es el de la resonancia vibratoria. Para un trabajo de armonización y de integración de las energías propias de la Jerarquía, el hombre puede contactar con los Seres de Luz que la componen y recibir las potentes emanaciones espirituales de las cuales son vectores.

Para lograr esto, existen dos niveles de armonización; el primero consiste en prepararse haciendo u trabajo sobre sí mismo en los diversos planos de la personalidad; el segundo, (una vez que la personalidad está purificada) logra la armonía vibratoria por un trabajo sobre el plano mental que sintoniza al individuo con los cuatro planos de manifestación de los cuales hablamos anteriormente. Entonces, gracias a la oración, el contacto puede establecerse y puede transmitirse el mensaje: “¡Estén en la cima, siempre en la cima, nosotros nos encontramos allí!”

La preparación de nuestra personalidad nos exige que nos pongamos a la altura de los seres que deseamos contactar y que moran en una dimensión superior de conciencia.

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Jorge Angel Livraga nos lo explica diciendo que para entrar en contacto con seres espirituales, debemos educar nuestra vida, nuestras emociones y nuestras ideas.

Educar nuestra vida significa tener una sana higiene de vida, por medio de una buena salud, para poder preservar el buen uso de nuestro cuerpo físico y la buena circulación de las energías vitales. Evitar todo exceso y toda intoxicación son las primeras condiciones, retomando la máxima de Sócrates: Nada en exceso. Adaptarse a su ritmo vital y a su ángel, dejándonos guiar por los ángeles protectores que nos cuidan.

Educar nuestras emociones consiste en no dejarse invadir por las pasiones bajas y egoístas, por el miedo, la cólera, el rencor o el deseo que nos ciegan y que nos hacen perder nuestra dignidad humana en un momento de descuido. Debemos calmar y estabilizar nuestra emotividad, independientemente de las percepciones exteriores. Para ello debe cultivarse lo Bueno, lo Bello y lo Justo, ya que esto nos permite interiorizar aún más y encontrar lo eterno entre aquello que es perecedero, lo positivo entre lo negativo y lo bello en medio de la fealdad. El desarrollo de un «humor alegre» en vez de sombrío permite afirmar el espíritu y hacerlo más apto para recibir los mensajes de los planos superiores.

Enterrar los resentimientos, deshacerse de toda forma de lástima por uno mismo y tener un sentido natural de gratitud, de agradecimiento y de oración espontánea salida del corazón con ofrendas simples permite educar la esfera de nuestras emociones hacia el plano de los sentimientos.

Educar nuestras ideas significa salir del círculo vicioso de las «ideas circulares» que nos hacen revivir una y otra vez las numerosas experiencias, muchas veces dolorosas, que hemos vivido solamente una vez. El plano mental debe utilizarse para la investigación científica, artística, literaria u otra cosa que mantenga ocupada la imaginación y llene constructivamente nuestro tiempo libre. Pensar en Dios y en temas metafísicos nos permite entrar en contacto con las dimensiones invisibles de la existencia, así como el hecho de dejar de pensar en ello lo hace desaparecer de nuestra conciencia.


Llámenlo, él vendrá infaliblemente

 Autora: Laura Winckler- "EL RETORNO DE LOS ANGELES" - Edit. N.A.



Ver completo:
http://www.nueva-acropolis.es/filiales/libros/LW-El_retorno_de_los_angeles.pdf

martes, 11 de marzo de 2008

EINSTEIN; EL LADO MISTICO DEL HOMBRE


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El sentimiento religioso cósmico, como él lo llama, que siente ante la observación de la vida, es la emoción fundamental del arte y la ciencia. La experiencia más hermosa que tenemos a nuestro alcance, es el Misterio. El que no conozca y no pueda ya admirarse, y no pueda ya asombrarse ni maravillarse, está como muerto y tiene los ojos nublados. La certeza de que existe algo que no podemos alcanzar, nuestra percepción de la razón más profunda y la belleza más deslumbradora, a la que nuestras mentes sólo pueden acceder en sus formas más toscas… son esa certeza y esa emoción las que constituyen la auténtica religiosidad. En este sentido y sólo en éste es que soy un hombre profundamente religioso.

Concibe el sentimiento religioso como “la fuerza que mantiene al hombre fiel a sus objetivos superiores, a pesar de los fracasos. La devoción infatigable es lo único que permite al hombre alcanzar sus triunfos mayores”.

“La alegría de mirar y comprender es el don más hermoso de la Naturaleza. El individuo siente la inutilidad de los deseos y los objetivos humanos ante el orden sublime maravilloso que revela la Naturaleza y el mundo de las ideas. La experiencia individual le parece una cárcel y desea experimentar el universo como un Todo único y significativo”

La mecánica cuántica es ciertamente impresionante. Pero una voz interior me dice que no constituye aún la última palabra. La teoría explica muchas cosas, pero realmente no nos acerca más el secreto de “El Viejo”. Yo, en cualquier caso, estoy convencido de que EL no juega a los dados”.

Einstein reconoce que sólo hay unas cuentas personas ilustradas con una mente lúcida y un buen estilo en cada siglo. Y por eso lo que queda de su obra es uno de los tesoros más preciados de la humanidad, que a través de la educación en las enseñanzas debemos poder trasmitir de generación en generación. Sobre todo el tesoro de la tradición.

Uno existe para otras personas, a cuyos destinos estamos ligados por lazos de afinidad. Me recuerdo a mí mismo cien veces al día, que mi vida interior y exterior se apoya en los trabajos de otros hombres, vivos o muertos, y que debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y aún sigo recibiendo”.

“Los ideales que han iluminado mi camino y me han proporcionado una y otra vez nuevo valor para afrontar la vida alegremente, han sido la Belleza, la Bondad y la Verdad. Sin ellos la vida me habría parecido vacía. Los objetivos triviales de los esfuerzos humanos (posesiones, éxito público, lujo) me han parecido despreciables.

“El valor de un hombre para su comunidad depende, en principio, de la medida en que dirija sus sentimientos, pensamientos y acciones a promover el bien de sus semejantes”.

Está seguro de que sin una cultura ética no hay salvación para la Humanidad.

Nos insta a no olvidar que las cosas maravillosas que aprendemos son obra de muchas generaciones, que se depositan en nuestras manos para que las recibamos, honremos, aumentemos y podamos trasmitir fielmente a nuestros hijos o discípulos.

Einstein decía de sí mismo, que no era más que una de las manos serviciales que se esfuerzan con su trabajo, para que la estatua del Conocimiento no quede oculta por la arena del desierto.

Como científico y buscador de la verdad, llegó a reconocer que la razón no alcanza a explicar todo el orden que la vida hasta en sus más mínimos detalles delata. Reconoce los límites que nuestra mente tiene para comprender ese misterio, pero no tiene reparo en confesar la inmensa admiración que le produce la contemplación de la Naturaleza.




Bibliografía: “Mis ideas y opiniones” Einstein