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Cartas de los Mahatmas-fragmentos

Uno de  los  Maestros  dijo  que,  en  el  mundo  de  hoy,  donde  se  encuentran  tan  pocos  que  tengan   deseos   desinteresados  p...

viernes, 31 de enero de 2020

Sobre el Hombre y el mono

Hubo una “creación especial”para  el  hombre  y  una  “creación especial” para  el  mono, su progenie, sólo   que   siguiendo   otras   líneas que   las   que   la   Ciencia jamás   ha presentado. Albert Gaudry y otros dan algunas razones de  peso  de  por  qué  el  hombre no puede considerarse como el coronamiento de una especie de monos. Cuando  una  ve que  no  sólo  era  el  “salvaje  primitivo”  (?)  una  realidad  en  los  tiempos  Miocenos,  sino que,  como  muestra  de  Mortillet,  las  reliquias  de  pedernales que  ha  dejado  tras  sí indican que fueron labradas por  medio  del  fuego  en aquella  época   remota;   cuando   se nos dice que el driopiteco es el único de los  antropoides que  aparece  en  aquellas  capas, ¿cuál  es  la  deducción  natural?  Que  los  darwinistas  no  están   en  lo  firme.  El  mismogibón,  de  apariencia  humana, sigue  en  el  mismo  estado  de  desarrollo  en  que  estaba cuando coexistía con  el  hombre  al  final del  período  Glacial. No presenta  él  diferencias apreciables  desde  los  tiempos  Pliocenos.  Ahora  bien;  hay  poco  que  escoger  entre  el driopiteco y los antropoides existentes: gibón, gorila,  etc.  Si,  pues,  la  teoría  darwinista es  por  completo  suficiente,  ¿cómo  se  “explica”  la  evolución  de  este   mono   en  hombre durante  la  primera  mitad  del  período  Mioceno?  El  tiempo   es  con mucho  demasiado poco  para  tal  transformación teórica.  La  extremada  lentitud  con  que  se  verifican  las variaciones  de  las   especies   hace   la   cosa  inconcebible,  y  más  especialmente  en  la hipótesis  de  la  “selección natural”.  El  enorme abismo  mental  y  estructural  entre  un salvaje  que  conoce  el  fuego  y  el  modo  de  encenderlo,  y  el  antropoide brutal,   es demasiado grande para que, ni aun imaginativamente, se  le  puede  echar  un  puente,  en Raza que  De  Quatrefages  y  Hamy  consideran  como  una rama  del  mismo tronco  de  que salieron  los Guanches de las Islas Canarias– retoños de los Atlantes, en una palabra un  período  tan  restringido.  Pueden  los  evolucionistas  hacer  retroceder  el  proceso  al período Eoceno precedente,  si  así  lo  prefieren; pueden  hasta  hacer  al  hombre  y  al driopiteco descender   de   un   antecesor   común;   así   y   todo,   hay   que  afrontar   la desagradable consideración de que en las capas Eocenas, los fósiles antropoides son  tan notables   por   su   ausencia,   como   el   fabuloso   pithecantropus   de   Hæckel.   ¿Puede encontrarse una   salida   de   este   culde sac apelando   a   lo   “desconocido”  y  a   una referencia, a lo Darwin, sobre la “imperfección de los anales geológicos”? Sea así; pero  el mismo  derecho   de  apelación   tiene   entonces   que ser  igualmente  concedido  a  los ocultistas,  en  lugar  de  permanecer siendo monopolio  del  perplejo  materialismo.  El hombre físico,  decimos,  existía  antes  de  que  se  depositara  el  primer lecho  de  rocas cretáceas.  En  la  primera  parte  de  la  edad  Terciaria  florecía  la   civilización  más brillante que el mundo ha conocido; en un período  en que  el hombre–mono Hæckeliano,  se  cree que vagaba por los bosques primitivos, y en el que el antecesor putativo  de  Mr.  Grant Allen saltaba de rama en rama con sus  peludas  compañeras,  las  Liliths  degeneradas  del Adán  de  la  Tercera Raza.  Aún  no  había  monos  antropoides   en  los  mejores días  de  la civilización  de  la  Cuarta  Raza;  pero  Karma  es  una  ley  misteriosa  que  no  respeta personas. Los monstruos criados en el pecado y la  vergüenza por los gigantes Atlantes,“copias  borrosas”  de  sus  bestiales  padres,  y  por  tanto,  del  hombre  moderno,  según Huxley,  extravían  y  abruman  con  errores  al  antropólogo  especulativo  de  la  ciencia europea


H.P. BLAVATSKY
DOCTRINA SECRETA - fragmentos

jueves, 30 de enero de 2020

LOS ANGELES Y LA HUMANIDAD


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Existe  un  párrafo  en  el  Bhagavad-Gîta  en  donde hablando Krishna simbólica y esotéricamente, dice”:Yo indicaré los tiempos [condiciones]...  en  que  los  devotos  al  partir  [de  esta  vida],  lo hacen, para no volver jamás [a renacer], o para volver [a encarnarse de nuevo]. El fuego, la llama, el día, la quincena brillante [feliz], los seis meses del solsticio del Norte, partiendo,[muriendo]... en éstos, los que conocen a Brahman [los Yogis], van al Brahman. El humo, la  noche,  la  quincena  sombría  [desgraciada],  los  seis  meses  del  solsticio  Meridional[muriendo]...  en  éstos,  el  devoto  va  a  la  luz  lunar  [o  mansión,  también  la  Luz  Astral],  y vuelve [renace]. Estos dos senderos, el brillante y el sombrío, se dice que son eternos en este mundo [o Gran Kalpa (edad)). Por el uno se va [el hombre] para no volver jamás, por el otro vuelve. Ahora  bien,  estos  nombres  “el  fuego”,   “la   llama”,   “el   día”,   la  “quincena resplandeciente”, etc.; y “el humo”, “la noche” y así sucesivamente, que conducen tan sólo al fin del sendero Lunar, son incomprensibles sin conocimientos del Esoterismo. Todos  ellos  son  nombres  de  varias  deidades  que  presiden  sobre  los  Poderes Cosmo psíquicos.  Hablamos  con  frecuencia  de  la  Jerarquía  de  “las  Llamas”,  de  los“Hijos del Fuego”, etc. Sankarâchârya, el más sabio de los Maestros Esotéricos de la India, dice que el Fuego significa una deidad que preside sobre el Tiempo (Kâla). El hábil  traductor  del  Bhagavad-Gitâ,  Kâshinâth  Trimbak  Telang,  M.  A.  de  Bombay, confiesa que él “no posee idea alguna clara de la significación de estos versos”. Por el contrario,  para  el  que  conoce  la  doctrina  oculta,  resultan  completamente  claros.  El sentido  místico  de  los  símbolos  solares  y  lunares  se  halla  relacionado  con  estos versos. Los Pitris son Deidades Lunares y nuestros antecesores; pues ellos crearon al hombre físico. Los Agnishvatta, los Kumâras (los siete místicos sabios), son deidades Solares, si bien son también Pitris; y éstos son los “Formadores del Hombre Interno”. Ellos son “Los Hijos del Fuego”, porque son los primeros Seres llamados “Mentes” en la  Doctrina  Secreta,  desenvueltos  del  Fuego  Primordial.  “El  Señor...  es  un  Fuego devorador”253.   “El  Señor  aparecerá...  con  sus  ángeles  poderosos  en  fuego llameante”254.  El Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles a manera de “lenguas de fuego”255. Vishnu volverá sobre Kalki, el Caballo Blanco, como último Avatâra, en medio de fuego y de llamas; y Sosiosh descenderá igualmente en un Caballo Blanco en  medio  de  un  “tornado  de  fuego”.  “Y  vi  el  cielo  abierto,  y  contemplé  un  Caballo Blanco  en  el  que  estaba  montado...  y  su  nombre  llámase  el  Verbo  de  Dios”,  en medio de Fuego llameante. El fuego es Æther en su forma más pura, y de aquí que no se  le  considere  como  materia;  es  la  unidad  del  Æther  –la  segunda  deidad manifestada–  en  su  universalidad.  Pero  existen  dos  “Fuegos”,  y  en  las  enseñanzas ocultas  se  establece  una  distinción  entre  ambos.  Del  primero,  o  sea  del  Fuego puramente sin  forma  e invisible,  oculto  en  el  Sol  Central  Espiritual,  se  habla  como siendo  Triple  (metafísicamente);  al  paso  que  el  Fuego  del  Cosmos  manifestado,  es Septenario  en  el  Universo  y  en  nuestro  sistema  solar.  “El  fuego  del  conocimiento consume  toda  acción  en  el  plano  de  las  ilusiones”  —dice  el  comentario—.  “Por  lo tanto,  quienes  lo  han  adquirido  y  están  emancipados,  son  llamados  “Fuegos”. Hablando de los siete sentidos simbolizados por Hotris o Sacerdotes, Nârada dice en el Anugîtâ: “Así, estos siete [sentidos, olfato, gusto, color, sonido, etc.] son las causas de la emancipación”; y el traductor añade “De estos siete es de los que el Yo interno tiene que emanciparse. “Yo” [en la sentencia, Yo estoy... desprovisto de cualidades] debe significar este Yo interno y no el Brâhmana que habla"

Los  primordiales  son  los  Seres  más  elevados  en  la  Escala  de  la  Existencia.  Son  los Arcángeles  del  Cristianismo,  los  que  se  niegan  a  crear  o  más  bien  a  reproducirse, como lo hizo Miguel en este último sistema, y como lo hicieron los “Hijos mayores nacidos de la Mente” de Brahmâ (Vedhas).

Los Progenitores del  Hombre,  llamados  en  la  India  Padres,  Pitaras  o  Pitris,  son  los “Creadores”  de  nuestros  cuerpos  y  principios  inferiores. Ellos son  nosotros  mismos como primeras  personalidades,  y nosotros somos ellos. El hombre primordial sería“hueso de sus huesos y carne de su carne”, si ellos tuviesen huesos y carne.  Según se  ha dicho, eran “Seres Lunares”. Los que dotaron al hombre de su EGO consciente, inmortal, son los “Ángeles Solares”, ya se  les  considere  así  metafórica  o literalmente.   Los  misterios  del  Ego  Consciente  o Alma  Humana,   son   grandes.  El   nombre   esotérico   de   estos   Ángeles Solares   es literalmente los “Señores” (Nâth)  de  “devoción  incesante  y  perseverante”  (Pranidhâna).

¡Cuán precisa  y  verdadera  es  la expresión  de  Platón;  cuán  profunda  y  filosófica  es su observación sobre el  Alma  o Ego (humano)  cuando  lo  definió como  “un  compuesto  de lo  mismo  y  de  lo  otro!”  Y  sin embargo,  ¡cuán  poco  ha  sido  comprendida  esta  alusión, dado que el mundo le atribuyó el significado de que el  Alma  era  el  Aliento  de  Dios,  de Jehovah!  Es  “lo mismo y  lo  otro”, según  dijo  el  gran Filósofo–Iniciado; pues  el  Ego  –el“Yo  Superior”,  cuando  inmergido  con  y  en  la  Mónada Divina–  es  el  hombre,  y  sin embargo,  lo  mismo que  lo  “otro”;  el  Ángel  en  él  encarnado  es  lo  mismo  que   el  Mahat Universal. 

La  filosofía  Esotérica,  sin embargo, enseña que  una  tercera parte de los  Dhyânis–esto  es,  las  tres  clases  de  Pitris  Arûpa  dotados  de  inteligencia,  “la  cual  es  un  soplo informe, compuesto     de     substancias     intelectuales no elementarias” fue sencillamente condenada por la ley del Karma y de  la  evolución  a  renacer, o encarnar,  en la Tierra.  Algunos  de  éstos  eran Nirmânakâyas de  otros  Manvantaras.  De  aquí  que los  encontremos,  en  todos  los  Purânas, reapareciendo  en  este  Globo,  en  el  Tercer Manvantara –léase Tercera Raza–Raíz– como  Reyes,  Rishis  y  Héroes.  Esta  doctrina, siendo demasiado filosófica y metafísica para ser  comprendida  por  las  multitudes,  fue, como ya se ha dicho, desfigurada por el sacerdocio, con objeto  de sostener  su  dominio sobre aquéllas por medio del temor supersticioso. Los supuestos “Rebeldes”, pues, eran sencillamente aquellos que,  obligados  por  la  ley Kármica a beber la copa de hiel hasta su última  amarga  gota,  tuvieron  que  encarnar de nuevo, convirtiendo  así  en  entidades  pensantes  responsables  a   las  estatuas astrales proyectadas  por  sus  hermanos  inferiores.  Se  dice  que  algunos  rehusaron  porque  no poseían  los  materiales  requeridos  –esto  es,  un  cuerpo  astral–,  pues  eran Arûpa.  La negativa  de  otros  se  fundaba  en  que  habían  sido  Adeptos  y  Yogîs  en  Manvantaras anteriores"

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DOCTRINA SECRETA
H.P.Blavatsky