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Cartas de los Mahatmas-fragmentos

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domingo, 31 de enero de 2016

Movimientos, Cambios en la Tierra

Resultado de imagen de IMAGENES DEL MOVIMIENTO DEL EJE DE LA TIERRA
"Busca los restos de los antepasados en los sitios elevados. 
Los valles se han convertido en montañas, 
y las montañas se han hundido en el fondo de los mares " 
Tradición esotérica


"El Comentario nos dice que la Tercera Raza se hallaba solamente en el punto medio de su desarrollo cuando:

El eje de la Rueda se inclinó. El Sol y la Luna no brillaron ya sobre las cabezas de aquella porción de los Nacidos del Sudor; la gente conoció la nieve, el hielo y la helada; y los hombres, las plantas y los animales se empequeñecieron en su desarrollo. Los que no perecieron se quedaron como niños pequeños a medio crecer, en tamaño y en inteligencia. Este fue el tercer Pralaya de las Razas.

Esto significa también que nuestra Tierra está sujeta a siete cambios periódicos y completos, que marchan pai passu con las Razas. Pues la Doctrina Secreta nos enseña que, durante esta Ronda, tiene que haber siete Pralayas terrestres, ocasionados por el cambio en la inclinación del eje de la Tierra. Es una Ley que actúa en el momento señalado, y de ningún modo ciegamente, como la ciencia pudiera creer, sino de acuerdo y en armonía estricta con la Ley kármica. En el ocultismo se menciona esta Ley Inexorable como el "gran AJUSTADOR". La Ciencia confiesa su ignorancia acerca de la causa que produce las vicisitudes climatéricas, así como los cambios en la dirección del eje, que son siempre seguidos por estas vicisitudes. De hecho, no parece segura de los cambios del eje. No pudiendo explicárselos, hállase pronta a negar todos los fenómenos axiales, antes que admitir la mano inteligente de la Ley Kármica, única que puede explicar razonablemente estos cambios repentinos y los resultados que los acompañan. Ha tratado ella de explicarlos por medio de diversas especulaciones más o menos fantásticos; una de las cuales, como imaginó Boucheporn, pudiera ser el choque repentino de nuestra Tierra con un Cometa, ocasionándose así todas las revoluciones geológicas. Pero nosotros preferimos atenernos a nuestras explicaciones esotéricas, toda vez que FOHAT es tan bueno como cualquier Cometa, y, además, tiene la Inteligencia universal por guía.

De este modo, desde que la Humanidad del Manú Vaivasvata apareció sobre esta Tierra, ha habido ya cuatro disturbios semejantes del eje. Los antiguos Continentes, excepto el primero, fueron absorbidos por los Océanos; otras tierras aparecieron y cordilleras enormes se levantaron donde antes no había montaña alguna. La faz del Globo ha cambiado por completo cada vez; la supervivencia de las naciones y razas "más aptas", que aseguró por oportuna ayuda; y las ineptas -los fracasos- desaparecieron, barridas de la Tierra. Tales selecciones y mudanzas no se verifican entre una salida y puesta de Sol, como se pudiera pensar, sino que requieren varios miles de años antes de que la nueva morada esté en condiciones.

Que cualquiera que conozca bien la astronomía y las matemáticas, eche una ojeada retrospectiva en el crepúsculo y sombras del Pasado. Que observe y tome nota de lo que conoce la Historia de los pueblos y naciones, y coteje sus respectivas elevaciones y caídas con lo que se sabe acerca de los ciclos astronómicos, especialmente con el Año Sideral, que equivale a 25.868 de nuestros años solares.  Entonces el observador está dotado de la más ligera intuición, verá cómo la prosperidad y decadencia de las naciones están íntimamente relacionadas con el principio y el fin de este Ciclo sideral. 


fragmentos de DOCTRINA SECRETA
HELENA P. BLAVATSKY

miércoles, 20 de enero de 2016

Apuntes sobre los elementales y elementarios...



Enseñaba Pitágoras que el Universo es en conjunto un vasto sistema de exactas combinaciones  matemáticas y Platón ve en Dios el supremo geómetra. 


Hay tres clases de espíritus elementarios:
1) Espíritus terrestres. Son las sombras o larvas de cuantos durante la vida terrena repugnaron toda luz espiritual y vivieron y murieron  profundamente hundidos en el cieno de la materia y de sus almas pecadoras se fué separando poco a poco el espíritu inmortal
2) Prototipos de hombres que todavía han de nacer.
3) Espíritus elementales que nunca alcanzan el reino humano sino que no ocupan un peldaño especial la escala de los seres. Son los espíritus o agentes de la naturaleza, llamados por Tertuliano "príncipes de las potestades aéreas". Viven en el éter.

Según Proclo, las diversas jerarquías de espíritus planetarios residen en las regiones que se dilatan desde el cénit de la tierra hasta la luna. La jerarquía superior es la de los doce  (dioses supercelestes) que tienen a sus órdenes huestes enteras de espíritus subalternos. Sigue después la jerarquía de los dioses intercósmicos, que disponen de gran número de espíritus a quienes comunican su poder transfiriéndolo de unos a otros según les place. Estos elementales personifican evidentemente las correlativas fuerzas de la naturaleza, cuyos agentes son la tercera clase de elementales.

También dice Proclo, de conformidad con el principio hermético de tipos y prototipos, que las esferas inferiores están igualmente pobladas por diversas jerarquías de seres subordinados a los de las esferas superiores y, de acuerdo con Aristóteles, sostiene que nada hay vacío en el universo, pues los cuatro elementos están poblados de demonios (espíritus) de la naturaleza fluída, etérea, semicorpórea que desempeñan el papel de agentes medianeros entre los dioses y los hombres.

En general las manifestaciones mediumnímicas de orden físico son obra de los espíritus de la naturaleza, sin otra finalidad que satisfacer su capricho.

Jámblico corrobora que es sumamente difícil distinguir los demonios buenos de los malos.

El hombre está en riesgo de perder su espíritu y convertirse en una de estas entidades elementarias hasta que cruza el dintel del santuario de la iniciación y levanta el VELO DE ISIS. Entonces ya no ha de sentir temor.

Los perversos y depravados que durante la vida interceptaron con su grosera materialidad el rayo del divino espíritu y estorbaron su íntima unión con el alma, se encuentran al morir magnéticamente retenidos en la densa niebla de la atmósfera material, hasta que, recobrada la conciencia, se ve el alma en aquel lugar que llamaron Hades los antiguos. La aniquilación de estas entidades desprovistas de espíritus no es nunca instantánea, sino que a veces tarda siglos, pues la naturaleza nunca procede a saltos ni por bruscas transiciones, y los elementos constituyentes del alma requieren más o menos tiempo para desintegrarse. Entonces se cumple la temerosa ley de compensación a que llaman yin-yuan los budistas. Estas entidades son los elementarios terrestres, que los orientales designan con el alegórico nombre de "hermanos de la sombra". Su índole es astuta, ruin y vengativa, hasta el punto de que no desperdician ocasión para mortificar a la humanidad en desquite de sus sufrimientos, y antes de aniquilarse se convierten en vampiros, larvas y simuladores que desempeñan los principales papeles en el gran teatro de las materializaciones espiritistas, con ayuda de los elementales (1) genuinos, quienes se complacen en prestársela. 


(1) Los cristianos llaman "diablos", "engendros de Satanás" y otros nombres por el estilo a los espíritus elementales, que no saben nada de esto, sino entidades de materia etérea, irresponsables y ni buenas ni malas a no ser que reciban influencia de otra entidad superior.  Extraño es que los devotos llamen diablos a los espíritus de la naturaleza, cuando uno de los más ilustres Padres de la Iglesia , San Clemente de Alejandría , neoplatónico y tal vez teurgo, afirma apoyado en fidedignas autoridades, que es un absurdo llamar diablos a los espíritus pues no pasan de ser ángeles inferiores o "potestades" que moran en los elementos, mueven los vientos y distribuyen las lluvias como agentes de Dios a quien están sujetos.

Los magos y teurgos se oponían  resueltamente  a la evocación de las almas.

El ejercicio de los poderes mágicos requiere indispensablemente pureza personal y voluntad recia.

Un médium impuro atraerá las influencias viciosas, depravadas y malignas tan inevitablemente como el puro atraiga las virtuosas y benéficas.

Cuando se estudie más a fondo la naturaleza de las entidades manifestadas fenoménicamente, que los científicos identifican con la "la fuerza psíquica" y los espiritistas con los espíritus de los difuntos, entonces recurrirán unos y otros a los filósofos antiguos para saber a qué atenerse en este punto.

Los antiguos supieron distinguir entre los espíritus angélicos y los diabólicos, entre los elementales y los elementarios, y además estaban seguros de que toda comunicación espiritual, no sujeta a las debidas condiciones, determinaba la ruina del comunicante y de la comunidad a que éste perteneciera.


fragmentos de: ISIS SIN VELO -Autora: HELENA P. BLAVATSKY