"Todo procede y regresa al Demiurgo, verdadera fuerza de convergencia. Una vez establecido así el eje vertical entre el demiurgo y el universo, forma un circuito que hace que las energías vayan desde arriba hacia abajo y remonten de nuevo hacia arriba. Es un círculo dinámico en el que la realidad es a la vez una y múltiple. Una porque todo nace a partir de un centro, el demiurgo, y múltiple por la diversidad de fuerzas que nacen a partir de él y componen el mundo. Esta misma concentración debe reflejarse y organizarse en la tierra. Faraón desempeña el papel de focalizar en la tierra y el Estado, espejo del cielo, que se organiza de esta forma según una pirámide de solidaridad.
Cuando Maat ocupa el lugar de Isfet, las manifestaciones de imperfección se transforman en: Justicia, Verdad, Orden, Paz, Tolerancia, Obediencia, Amistad, honradez, alegría, salud e inmortalidad.
Si cesa la solidaridad entre el cielo y la tierra, es decir, que se rompen los vínculos que unen a los hombres con los dioses, el proceso cósmico se dirige hacia Isfet, el "no sentido". Los acontecimientos estarán separados de su contexto y ya no tendrán ningún sentido más allá del propio acontecer.
Maat aparece pues, como la solidaridad comunicadora, la fuente de un pensamiento de entrega, de la circulación de los bienes (materiales) y de la circulación del sentido (espiritual)."
Fernando Schwarz "Iniciación y Pensamiento Simbólico en el Egipto Faraónico"
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