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martes, 1 de diciembre de 2015

Ley de acción y reacción, o Ley de Causa y efecto: Karma



"No os engañéis: Dios no puede ser burlado; 
todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechara"
San Pablo

Dios no nos castiga, como tampoco anula los efectos de nuestra siembra. El ha colocado la Ley de acción y reacción, y nos envía sus guías para enseñarnos las doctrinas de la buena conducta y la ética. Si quebrantamos Su Ley, tendremos que ajustar la cuenta con nuestros sufrimientos hasta que aprendamos a no actuar malamente otra vez.

Esta Ley de Karma, como acción y reacción, implica que:

1) Los actos benéficos de la vida pasada, hacia los demás, determinan nuestro ambiente favorable, es decir, nacimiento de una familia de posición honorable, de padres cariñosos, y con oportunidades de educación.

2) Los actos maléficos del pasado, hacia los demás, determinan un ambiente desfavorable, nacimiento de una familia sin recursos, de pares egoístas, y la falta de oportunidades para la educación.

3) Las aspiraciones y deseos del pasado son las capacidades con las cuales nacemos; si uno nace con una marcada capacidad para la música, la ciencia o la religión, es debido a sus aspiraciones de la vida pasada para poseer tales capacidades.

4) Nuestros pensamientos buenos o malos, que tuvimos en el pasado se reflejan en nuestro  carácter como bueno o malo. El carácter bondadoso de un niño es resultado de los pensamientos buenos del alma cuando vivió como hombre o mujer en la vida pasada; el mal carácter es debido a los malos pensamientos.

5) Nuestras experiencias ya vividas se transforman en sabiduría. El sabio o experto en cualquier ciencia o arte o negocio ha trabajado ya en esos asuntos en sus vidas pasadas.

No se debe entender que esta Ley de causa y efecto exige que si uno mata a otro, éste a su vez habrá de matar a su asesino en su próxima vida. Tal reacción que contesta el mal con otro mal no ayudaría ni a uno ni a otro para hacerse mejores. Cuando uno hace daño a otro, por ejemplo en este caso,, cuando quita la vida a otro, la reacción según la Ley de Dios es que el asesino deberá perder su vida a causa de otro, en compensación. 

La Ley de causa y efecto no es ley de venganza, sino de ajustamiento. 


fragmentos de JINARAJADASA
Nueva Humanidad de la Intuición

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