Entrada destacada

Cartas de los Mahatmas-fragmentos

Uno de  los  Maestros  dijo  que,  en  el  mundo  de  hoy,  donde  se  encuentran  tan  pocos  que  tengan   deseos   desinteresados  p...

domingo, 15 de abril de 2018

EL VERDADERO SEÑOR


(El Corán.—Sura VI)
75. He aquí —dice el Señor— cómo hicimos ver a Abrahán el verdadero
conocimiento.

76. Cuando la noche hubo rodeado a Abrahán en sus sombras, vio una estrella
brillante y exclamó: “¡He aquí, mi Señor! ...“ Pero la estrella desapareció y Abrahán se
dijo entonces: “No, no es eterno lo que desaparece”.

77. Salió luego la Luna y se dijo Abrahán: “¡He aquí mi verdadero Señor! “,
pero cuando la Luna se puso al cabo de una hora, pensó: “¡No, la Luna, que desaparece y
cambia, no puede ser mi dueño!”

78. Salió, por fin, el Sol y Abrahán exclamó: “¡Este que ciega con su luz y
apaga a todas las estrellas, éste sí que es mi Señor y dueño!” Pero cuando el Sol se puso a
su vez, dijo a grandes voces a los suyos: “¡0h pueblo mío: yo me declaro inocente del
idolátrico culto que profesáis a los astros! ¡Yo vuelvo mi rostro sólo hacia el que ha
formado a los Cielos y a la Tierra! ¡Yo soy verdadero creyente!”

COMENTARIO

He aquí uno de tantos puntos de coincidencia entre los grandes pensadores de la
Humanidad, cuyas doctrinas son, en el fondo, idénticas, como enseña la teosofía.

“No es eterno lo que, desaparece”, dice Mahoma en el texto que antecede; “Todo
es ilusión o magia, todo, exepto Atmán, el Espíritu Supremo”, agrega el Bhagavad Cita; “Somos como los eternos prisioneros que, de espaldas a la luz, toman por realidades las sombras que se proyectan en las paredes de su calabozo”, nos enseña Platón en su República, y Jesús, en fin, nos dice en el Evangelio de San Mateo:
“No pongas tu tesoro en las cosas de la Tierra, que el tiempo forzosamente consume, sino en las cosas del cielo, que son imperecederas”.

Por eso el verdadero Señor del hombre es su conciencia moral, chispa emanada de
la Divinidad, su Atmán, su Espíritu, su Christo, su Mónada pitagórica que en el silencio y la oscuridad ultraluminosa de nuestro ser preside eternamente a todos los cambios de
nuestras concatenadas existencias, y es como un cometa periódico que recorre su órbita,
teniendo su afelio en la Tierra y su perihelio en el Sol...


fragmento de POR EL REINO ENCANTADO DE MAYA
MARIO ROSO DE LUNA

No hay comentarios: