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miércoles, 22 de agosto de 2018

INICIACIÓN Y PENSAMIENTO SIMBÓLICO EN EL EGIPTO FARAÓNICO



"Si se parte del conocimiento de que ningún sistema es perfecto y no puede producir hombres perfectos resulta, contrariamente a lo que se piensa en el siglo XX, que el sistema egipcio se ha revelado eficaz, no solamente para gobernar, sino para construir una sociedad habitable, en el respeto de los hombres y de la naturaleza. Puede inspirarnos hoy (sin que sea cuestión rehacer el pasado), en un mundo que parece a primera vista ser el Noun mismo. Pensamos que la sabiduría egipcia, a través del concepto de Maat, ha sabido proponer una visión profunda, fundamento de un mundo humano. 

El elemento que pone obstáculos al sistema piramidal está personificado por la diosa Isfet, manifestación de las imperfecciones que provocan el derrumbamiento del Estado y, por consecuencia, la ruptura de la homología, de la correspondencia, entre el Cielo y la tierra. Las cuatro imperfecciones mayores son la injusticia, la violencia, la ausencia de comunicación y la ley del más fuerte. Se puede igualmente mencionar la mentira, el desorden, la guerra, la enemistad, el robo, la aflicción, la enfermedad y la muerte.

Cuando Maat toma el lugar de Isfet, las manifestaciones de imperfección se transforman en justicia, verdad, orden, paz, tolerancia, obediencia, amistad, honestidad, alegría, salud e inmortalidad.

Se puede constatar que el orden faraónico del sistema piramidal es la condición necesaria para la realización, no sólo de la acción humana, sino también de lo divino porque, como hemos visto, el proceso cósmico no es un sistema autorregulador mecánico. Depende de una intención susceptible de mantener su progresión hacia los orígenes, a fin de vencer el perpetuo deterioro inherente al curso natural de las cosas.

Si la solidaridad entre el Cielo y la tierra cesa, dicho de otro modo, si los lazos entre los hombres y los dioses se rompen, el proceso cósmico se orienta hacia Isfet, el "no sentido". 

Maat es quien mantiene los lazos entre el Cielo y la tierra, entre la humanidad y los dioses. Es la práctica de la verdad, de la justicia y de la confianza, en el cielo y sobre la Tierra, que une a las dos esferas del cosmos en la solidaridad y la comunión.

Para que los dioses puedan expresarse de forma eficaz e inteligente en la sociedad de los hombres y ser motores de cultura y no sólo de las fuerzas mecánicas de la naturaleza necesitan, como portadores de conciencia, de estructuras-enlace. Si la sociedad no está organizada a imagen de un orden inteligente, simboliZado por Maat, los dioses  no tienen canales de expresión, la sociedad no es humana y no pueden actuar sino en una relación de fuerza y no de conciencia.

El hombre no puede entonces beneficiarse de la dimensión sagrada a la cual no tiene acceso, la sociedad pierde su sentido y el mundo se torna inhabitable.


La cultura constituye la matriz del proceso de humanización de la especie.

Las civilizaciones mueren cuando los pueblos no pueden utilizar más su propia cultura para responder a los desafíos a los que se enfrentan.


El Egipto faraónico transmite su tradición viviente a través de la pedagogía específica de todas las sociedades tradicionales: la iniciación.

Los egipcios habían detectado tres obstáculos que podían impedir "vivir" Maat: la pereza, la sordera mental y la avidez.

Más que combatir el mal, el egipcio se aplica a favorecer lo que es justo. Realista, sabe que no se puede erradicar el mal. Que es más importante y más eficaz luchar por el bien que contra el mal. Por esto el objetivo de la sociedad es hacer todo lo necesario para formar la mayor cantidad posible de hombres justos, capaces de actuar por el bien.


Fernando Schwarz
fragmentos de INICIACIÓN Y PENSAMIENTO SIMBÓLICO EN EL EGIPTO FARAÓNICO


Maat: Justicia, Verdad, Confianza
Isfet: ausencia de Maat

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