Señor...
...Ayúdame a decir la verdad
delante de los fuertes
y a no decir mentiras
para ganarme el aplauso
de los débiles.
Si me das fortuna,
Si me das fortuna,
no me quites la razón.
Si me das éxito,
Si me das éxito,
no me quites la humildad.
Si me das humildad,
Si me das humildad,
no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra
cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición
a los demás por no pensar
igual que yo.
Enséñame a querer a la gente
como a mí mismo y a no juzgarme
como a los demás.
Ayúdame siempre a ver la otra
cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición
a los demás por no pensar
igual que yo.
Enséñame a querer a la gente
como a mí mismo y a no juzgarme
como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo,
ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el
fracaso es la experiencia
Más bien recuérdame que el
fracaso es la experiencia
que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar
es un signo de grandeza
y que la venganza
es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame
fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente,
dame valor para disculparme
y si la gente me ofende,
dame valor para perdonar.
¡Señor...si yo me olvido de tí,
nunca te olvides de mí!
Mahatma Gandhi
es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame
fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente,
dame valor para disculparme
y si la gente me ofende,
dame valor para perdonar.
¡Señor...si yo me olvido de tí,
nunca te olvides de mí!
Mahatma Gandhi
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