Entrada destacada

Cartas de los Mahatmas-fragmentos

Uno de  los  Maestros  dijo  que,  en  el  mundo  de  hoy,  donde  se  encuentran  tan  pocos  que  tengan   deseos   desinteresados  p...

jueves, 30 de octubre de 2014

ENSEÑANZAS de HERMES a su discípulo



"Si quieres nacer de nuevo, debes purificarte de los tormentos irracionales de la materia.  


Tat ¿cómo, padre, tengo torturadores dentro de mí?

Hermes: Sí, hijo mío, y no pocos; son terribles, y son muchos.


Tat: No los conozco, por tanto, padre.


Hermes: Esta ignorancia misma, hijo mío, es uno de los tormentos



El segundo es el Pesar
el tercero es la Incontinencia
el cuarto es el Deseo
el quinto es la Injusticia
el sexto es la Codicia
el séptimo es el Engaño
el octavo es la Envidia
el noveno es el Fraude
el décimo es la Ira
el undécimo es la Impetuosidad
el duodécimo es el Vicio



Son en número de doce; y bajo ellos hay también muchos otros, hijo mío, y por medio de los sentidos fuerzan al hombre que se halla atado en la prisión del cuerpo a padecer lo que infligen. Pero cuando Dios ha tenido misericordia con un hombre, se marchan juntos de él, uno y todos; y entonces se edifica la razón en él. Tal es el Renacimiento



Y ahora, hijo mío, no hables, sino mantén solemne silencio; así descenderá sobre nosotros la misericordia de Dios.



Recocíjate ahora, hijo mío, estás siendo purificado por los Poderes de Dios; pues han venido a edificar en ti el cuerpo de razón. El conocimiento de Dios ha venido a nosotros; y a su venida, hijo mío, la ignorancia ha sido expulsada.





fragmento de CORPUS HERMETICUM -Hermes Trismegisto




Hermes Trismegisto: 



El "tres veces grande Hermes" , el egipcio. Personaje místico, de quien tomó su nombre la filosofía hermética. En Egipto, el dios Thoth o Thot. Es un nombre genérico de muchos antiguos escritores griegos que trataron de filosofía y alquimia. Hermes Trismegisto es el nombre de Hermes o Thot en su aspecto humano; como dios, es mucho más que esto. Como Hermes-Thoth-Aah, es Thot, la luna, esto es, su símbolo en el lado brillante de la luna, que se supone que contiene la esencia de la Sabiduría creadora, "el elixir de Hermes". Como tal, está asociado al Cinecéfalo, el mono de cabeza de perro, por igual razón que era Anubis, uno de los aspectos de Thot. la misma idea es la razón fundamental de la forma del dios de la Sabiduría inda, el Ganeza o Ganapati de cabeza de elefante, hijo de Parvati y Ziva. Cuando tiene cabeza de ibis, es el sagrado escribiente de los dioses; pero, aun en este caso, lleva la corona atef y el disco lunar. Es el más misterioso de los dioses. Como serpiente, Hermes Thoth es la divina Sabiduría creadora. Los padres de la Iglesia hablan extensamente de Thoth-Hermes.

H.P.Blavatsky

FAUSTO de GOETHE




Pater Extaticus "Ardor de la divina llama, lazos de amor y de fuego, dolor vehemente del alma que suspira por su Dios, apoderaos de mí, por más que en un instante me quede anonadado.

Pater Profundus: ¡Ellos son los que anuncian a todos esa fuerza profunda que, incesante en su obra, envuelve al mundo, y que deseo inunde mi seno en el que triste, inquieto y helado mi espíritu, gime encerrado en el estrecho círculo de los sentidos, sujetado por las cadenas de la tierra ¡Calma, Señor, mis ideas, y haz que tu resplandor ilumine mi corazón turbado!

Pater Seraphicus: Salid a las más altas moradas, a los últimos círculos de la luz; seguid cruzando el éter según vuestro deseo, sin parar hasta el azur a que os atraiga la emanación de Dios, que es el alimento del alma. Flotad en el éter inflamado por la santa revelación, y os veréis de pronto sumidos en un éxtasis eterno.

Los Angeles (que se llevan la parte inmortal de Fausto...) ¡Salud y gloria al huésped del mundo de los Espíritus, que acaba de resucitar! Bien merece un precio el que ha sabido luchar constantemente, por más que alguna vez se haya visto expuesto a sucumbir por decaerle el ánimo. Basta que implore el perdón de los cielos para que la falange de los bienaventurados emprenda su vuelo hacia las ardientes nubes y celebre con el gozo en el corazón y los ojos su feliz llegada.

Chorus Misticus:  Lo Temporal y lo Perecedero no son más que un símbolo, que una mera fábula. Sólo lo Incomprensible, lo Inenarrable, lo Infinito, lo Femenino Eterno, nos conduce al cielo.



Fragmentos FAUSTO de Goethe

APULEYO - EL ASNO DE ORO



"Aquí me tienes , ¡oh Lucio! conmovida por tus súplicas, yo, la reina de la naturaleza, soberana de todos los elementos, principio y origen de los siglos, suprema entre las divinidades, reina de los Manes, primera entre los moradores del cielo, faz uniforme de los dioses y de las diosas. Yo, que gobierno a mi voluntad las resplandecientes cimas del cielo, las saludables brisas del mar, los silencios lúgubres de los infiernos. Mi divinidad, aunque única, es venerada por todo el orbe bajo diversas formas, ritos diversos y bajo nombres distintos...   Pero aquellos que son iluminados por los rayos primerizos del sol cuando éste surge por el Oriente y sus rayos en declive cuando agoniza por Occidente, las dos Etiopías así como los Egipcios, conocedores de las antiguas creencias, honrándome con un culto que me es propio, me llaman por mi verdadero nombre, el de reina Isis. Aquí me tienes, compadecida de tus desgracias, aquí me tienes solicita y propicia. Deja a un lado tus llantos; abandona tus lamentaciones; depón tu tristeza; he aquí que, gracias a mi providencia, amanece para tí el día de la salvación; por consiguiente, presta solícita atención a lo que te voy a decir.




El día que va a seguir a esta noche me lo tiene dedicado a mi nombre una inmemorial tradición religiosa; una vez apaciguada las tempestades invernales, mitigadas las procelosas olas y hecho de nuevo navegable el mar, mis sacerdotes, al tiempo que me ofrendan una embarcación recién construida, me consagran las primicias de la navegación. Esta festividad deberás aguardarla sin preocupación y sin pensamientos profanos.

En efecto, el sacerdote, siguiendo una indicación mía, durante la misma procesión llevará en su mano derecha, una corona de rosas atada al sistro. Con decisión y abriéndose paso entre la muchedumbre, asóciate a la comitiva confiado en mi benevolencia, y cuando estés junto al sacerdote, como si te dispusieras a besar dulcemente su mano, mordisquea sus rosas y despójate al instante de esa piel de animal que me es desde hace ya tanto tiempo tan odiosa.  



fragmentos: ASNO DE ORO de Apuleyo (contiene el Mito de Psique y Cupido)

El autor: Apuleyo era filósofo platónico (s.II d.C.) africano, abogado brillante, viajero empedernido, escritor en prosa y verso, mago, iniciado en varios cultos mistéricos.
Cultivo las 9 Musas.  Por todas partes frecuentó la compañía de filósofos, magos, astrólogos.

martes, 28 de octubre de 2014

LA CIVILIZACIÓN COMO ESCUELA...




"La civilización es la escuela en donde el alma aprende las lecciones que le enseña el Logos.

Cuando el alma entra en el proceso de la reencarnación, actúa igualmente la ley del karma o de causa y efecto, y es fácil comprender su actuación en el terreno moral. "Sembrad una acción y cosecharéis un hábito; sembrad un hábito y cosecharéis un carácter; sembrad un carácter y cosecharéis un destino". Todo cuando el hombre dice, hace, siente o piensa, produce una reacción. El Karma determina que si un hombre perjudica a otro deberá pagar la deuda que contrajo. Perjudicador y perjudicado quedan ligados por el karma, y volverán a encontrarse aunque transcurran muchas vidas entre la contracción de la deuda y el momento de saldarla. Pero también así liga el amor; amante y amada volverán a encontrarse para ayudarse mutuamente a lograr más noble vivir. El individuo contrae lazos kármicos con la esposa, hijos y padres; con amigos y enemigos y con su país en conjunto. Existe un karma entre individuos, e igualmente un karma colectivo de la nación en conjunto, en el bien o en el mal que haya obrado respecto de otras naciones.


El individuo renace vida tras vida; siembra, cosecha y vuelve a sembrar pensamientos buenos y malos, buenas y malas emociones, buenas y malas acciones. Pero también renacen las colectividades. Una nación que deja de existir no se esfuma como ligera niebla; siglos más tarde aquella nación renace en otra raza o pueblo, pero compuesta de las mismas almas que en un tiempo crearon lazos kármicos entre sí y con la nación en conjunto, pues los individuos no efectúan aislados el gran viaje, sino por grupos. Felices quienes pueden tener siempre cerca a los que aman y mantener a distancia a los que odian, mientras todos, amigos y enemigos, caminamos en marcha ascendente hacia la realización de nuestra divinidad.

"Quien siembra el mal, mal cosechará". Siempre se hará justicia, aunque los efectos del karma tarden siglos en manifestarse. Hay un proverbio español que dice: "Cada cual es hijo de sus obras" y si es verdad en los individuos también lo es respecto a las naciones.

Del mismo modo que para cada individuo actúa la Voluntad del Logos, según un plan de perfección, asimismo existe un Plan de Perfeccionamiento para cada pueblo y nación. Mazzini dijo que Dios ha escrito una palabra en la faz de cada nación. La paciencia de Dios es infinita y espera siglos de siglos a que comprendamos su Plan y nos regocijemos con El para llevarlo felizmente a su plena realización.


Desde el primer día, hace millones de años, cuando las almas de los hombres encarnaron en formas humanas, el Logos ha laborado en construir la civilización y llevarla paso a paso a la perfección. Nos ha enviado fundadores de religiones, legisladores, gobernantes, poetas y bardos. Todas las acciones del Logos propenden a despertar el alma del hombre, para que se dé cuenta de que su naturaleza es consubstancial con la naturaleza divina.

Todo linaje de cultura, toda actividad del hombre en religión, ciencia, arte, comercio y administración, tuvieron su guía. El Logos es omnipotente, pero no ejerce su omnipotencia sobre nosotros. El podría forzarnos a aceptar su Plan, a ser ciegos instrumentos de su Voluntad; pero nos deja en libertad de seguir nuestras inclinaciones y apela a nuestra intuición por medio de los Instructores y Guías que nos mandan a fin de que aprendamos a actuar con El. 

El Plan de Dios es de que algún día todos colaboren con El; entonces se hará su Voluntad en la Tierra, en todas las instituciones humanas, como se hace en el Cielo.


Si el hombre ha creado poderosas civilizaciones, la mujer es quien le revela lo que debe ser la esencia de ellas.  

Cuando la mujer llegue a comprender su verdadera grandeza, y el hombre aprenda a reverenciarla, tendremos al fin una civilización realmente grande.



fragmentos de JINARAJADASA

lunes, 27 de octubre de 2014

LA BELLEZA ETERNA





"Conducido aquí en los misterios del amor, 
llegando al último grado de Iniciación,
de pronto verá presentarse a su vista 
una Belleza admirabilísima;ésta es, Sócrates, 
aquella por la que han sido todas nuestras precedentes fatigas;
Belleza eterna, increada, imperecedera,
que ni nace ni perece, ni crece ni decrece; 
belleza que no es en parte bella y en parte fea;
ni bella en un tiempo y fea en otro; 
ni bella con relación a una cosa, y fea en relación a otra;
ni bella aquí y allí fea;
ni bella para unos y fea para otros.
eternamente idéntica consigo;
Belleza de la que participan todas las demás bellezas,
de una manera tal,
que ya nazcan o perezcan todas ellas,
no por eso la belleza es, en sí mayor o menor,
ni sufre variación alguna"
Platón
"Si admitimos que todos los arquetipos son incorporaciones de la Naturaleza Divina que es Absoluta Belleza, de ello se sigue que en cada objeto existe la belleza en alguna forma, porque posee algún atributo de su idea madre o arquetipo. Por consiguiente, lo que nos permite reconocer la belleza en un objeto es un vislumbre lejano de su arquetipo.  De ahí se derivó la famosa doctrina platónica de la "reminiscencia". Todas las almas descendemos del reino de la belleza en donde eternamente contemplamos los arquetipos. Como dice Wordsworth: "Nuestro nacimiento es sólo un sueño y un olvido"; pero cuando reconocemos lo bello, "recordamos" nuestra patria eterna. Percibir lo bello, es sentirse peregrino en la Tierra, y no sosiegan el corazón ni la mente hasta que volvemos a nuestra "patria".

¿Cómo es posible que el Todo, que es Belleza y Fuerza y Esplendor, que es la suma de toda vida en todas las manifestaciones del Cosmos, descienda y quede oculto en algo tan intimo como un hombre o una mujer? Y, sin embargo, tal es el milagro increíble. Así descendió el Todo en Cristo, así mismo puede descender en todos nosotros.


Aún más, así ha descendido ya. Pero nuestros ojos no son capaces de ver tal maravilla, ni nuestra imaginación es capaz de comprender su alcance. Pero el amor, una vez transformado en aquel amor "que se elevó sobre la tierra para perderse en el cielo", nos presta nuevos ojos, y entonces, a través de nuestro amado o de nuestra amada, en su misma forma, vemos brillar la esplendente luz de Brahman.

Pocos hasta ahora han contemplado esta visión, en la que el amado hombre, doncella, maestro, hijo, se convirtieron en la puerta por donde penetró la deslumbradora luz del Todo y de hinojos cayeron en adoración ante el amado, exclamando "Mi Señor y mi Dios".

Pero este séptimo Cielo, al que sólo pocos llegaron, es el Cielo que algún día nos espera a todos.



fragmentos de C. Jinarajadasa

sábado, 25 de octubre de 2014

El Poder Espiritual de la Palabra Humana


 "La sabiduría constituye la suprema terapia
purificadora".
Sri Yukteswar

La palabra del hombre es el Espíritu en el nombre. Las palabras habladas son sonidos producidos por las vibraciones de los pensamientos. Los pensamientos son vibraciones emitidas por el ego o por el alma. Deberíais saturar cada una de vuestras palabras con las poderosas vibraciones de vuestras almas. Si un hombre es incapaz de infundir en sus palabras la fuerza del espíritu, el suyo es un lenguaje muerto. Cuando hablamos demasiado,  o cuando exageramos o falseamos los hechos, nuestras palabras se vuelven tan inefectivas cual balas de papel disparadas con un rifle de juguete. Es por ello que tanto las palabras como las plegarias de personas locuaces o inescrupulosas en su lenguaje, suelen carecer de poder para operar un cambio positivo en el curso de los acontecimientos. Las palabras de los hombres deberían expresar no solamente la verdad, sino también su propia comprensión y realización [de dicha verdad]. Un lenguaje desprovisto de la fuerza del espíritu, se asemeja a una coronta de maíz desprovista de sus granos.



El Poder Espiritual de la Palabra Humana

Palabras colmadas de sinceridad, convicción, fe e intuición, actúan como bombas vibratorias altamente explosivas, cuyo estallido desintegra las rocas de las dificultades, operando la transformación deseada. Evitad pronunciar palabras desagradables, aun cuando se refieran a hechos verídicos. Cuando, ante un conflicto, repetimos afirmaciones sinceras, con plena comprensión, sentimiento y determinación, éstas atraen infaliblemente la ayuda de la Omnipresente Fuerza Cósmica Vibratoria. Apelad a dicho Poder con confianza infinita, desechando toda duda; de otro modo la flecha de vuestra atención errará el blanco.

Una vez que hayáis sembrado en la tierra de la Conciencia Cósmica las semillas de vuestras oraciones, no las excavéis a menudo, con el objeto de comprobar si han germinado o no... Concededles a las fuerzas divinas la oportunidad de operar ininterrumpidamente.

El Poder Divino del Hombre

No existe nada superior a la Conciencia Cósmica o Dios. Su poder sobrepasa infinitamente los límites de la mente humana. Así pues, buscad sólo Su ayuda, lo cual no significa que deberíais volveros pasivos, inertes o crédulos, así como tampoco que deberíais despreciar el poder de vuestras propias mentes. El Señor ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Él os ha dotado de los poderes de la voluntad, la concentración, la fe, la razón y el sentido común, con el objeto de que hagáis uso de ellos en vuestros esfuerzos por liberaros de las perturbaciones físicas y mentales. Deberíais aplicar todos estos poderes, más apelando simultáneamente a la ayuda de Dios.

Al emitir vuestras oraciones o afirmaciones, hacedlo siempre con la confianza de que estáis empleando vuestros propios poderes –poderes recibidos de Dios- ya sea para sanaros a vosotros mismos o a otros. Pedid la ayuda divina; más simultáneamente tomad conciencia del hecho de que sois vosotros mismos quienes estáis haciendo uso, como los amados hijos del Señor, de los dones que habéis recibido de Él - la voluntad, la emoción y la razón- para resolver todos los complejos problemas de la vida. Debería establecerse un equilibrio entre el concepto medieval de la dependencia total del hombre con respecto a Dios, y el hábito moderno de depender totalmente del ego.


fragmentos
Paramahansa Yogananda

lunes, 20 de octubre de 2014

MASAMI SAIONJI- PLEGARIA POR LA PAZ

IN, PLEGARIA POR LA PAZ

Un mensaje de Masami Saionji


"
La Sociedad para la Plegaria por la Paz en el Mundo se dedica a inspirar a la gente a abrazar la MASAMI SAIONJI compasión, el respeto por la vida y la armonía entre todos. La paz sobre la tierra sólo puede ser una realidad cuando todo el mundo supere las fronteras nacionales, las políticas, las religiosas y las ideológicas. Necesitamos celebrar nuestra diversidad cultural, más que usarla como una razón de conflicto.
Ya ha habido demasiado sufrimiento por causa de intereses étnicos o nacionales. No importa cuanto poder y prosperidad una nación logre, si la gente es víctima de prejuicio y conflicto interno.
Creemos que el futuro se apoya en la capacidad de cada individuo de abrazar un compromiso con el Amor Universal. Debemos trascender las barreras que nos impiden vernos a nosotros mismos como parte de una familia global. Debemos empezar a tener en cuenta lo que realmente le pasa a la gente. Nuestro movimiento busca promover este espíritu de compasión ayudando a la gente de todas las naciones a experimentar esta unidad.
Es nuestra creencia que las Ceremonias de la Plegaria por la Paz en el Mundo y los símbolos de paz como los postes con la inscripción PAZ A TODOS LOS HOMBRES en distintos idiomas, pueden juntar a la gente y estimular el amor y la comprensión."

LA NATURALEZA UNIVERSAL DEL AMOR

Resultado de imagen de imagenes de LA REINA GINEBRA


En el sentido universal, el amor es el poder divino de la atracción que armoniza, une y vincula. Está opuesto a la fuerza de la repulsión, que es energía cósmica que materializa la conciencia de Dios. La repulsión mantiene todas las formas en el estado manifestado a través del maya, el poder de la ilusión que divide, diferencia y desarmoniza. La fuerza atractiva del amor contrarresta la repulsión cósmica para armonizar toda la creación y retornarla a Dios.

Aquellos que viven en conexión con la fuerza atractiva del amor consiguen la armonía con la naturaleza y sus semejantes y son atraídos a la feliz unión con Dios.

En muchas especies, cuando la pareja muere, la otra sucumbe poco después. Pero este amor es instintivo en los animales; ellos no son responsables de su amor.

Los humanos, por otras parte, tienen una consciente autodeterminación en el intercambio de amor con los demás. En el hombre, el amor se expresa de diversas maneras. Está el amor entre marido y mujer, entre padre e hijos, entre hermano y hermana, entre amigos, entre gurú y discípulo, entre el devoto y Dios, entre el alma y el Espíritu.

El amor es una emoción universal, sus expresiones se distinguen por la naturaleza del pensamiento a través del cual se mueve. Así, cuando el amor pasa a través del padre, su conciencia lo transforma en amor paternal. Cuando pasa a través del corazón del amante, da a ese amor universal otra cualidad más. No es el instrumento físico, sino la conciencia a través de la cual se mueve el amor la que determina la cualidad del amor expresado. 

Cada reflejo del amor proviene del amor cósmico, pero cuando es expresado como amor humano en sus diversas formas, siempre es algo confuso. La madre no sabe por qué ama al hijo y el hijo no sabe por qué ama a la madre. Ellos no saben de donde proviene el amor que sienten hacia el otro. Es la manifestación del amor de Dios, y cuando es puro y generoso refleja Su amor divino. De este modo, investigando el amor humano, podemos aprender algo del amor divino, ya que en el amor de los hombres vislumbramos una pequeña parte de ese amor de Dios.


En su expresión más idealizada, el amor conyugal puede ser una de las expresiones del amor humano más grandes. Jesús dio a entender esto cuando dijo: ‘Por esta razón el hombre deberá dejar a sus padres y unirse a su mujer.’*


Cuando un hombre y una mujer se aman pura y genuinamente el uno al otro, hay una completa armonía entre su cuerpo, su alma y su mente. Cuando su amor se expresa en su estado más elevado, tiene como resultado una perfecta unidad. Pero este amor también tiene su parte mala; puede ser contaminado por el abuso del sexo, que eclipsa el amor divino. La naturaleza ha dado una gran fuerza al impulso sexual, para que así la creación siga su curso; por consiguiente, el sexo tiene una parte en la relación entre hombre y mujer. Pero si se convierte en el factor dominante, el amor desaparece por completo y en su lugar aparecen la posesividad y el abuso y la pérdida de la amistad y la comprensión. Aunque la atracción sexual es una de las condiciones bajo las cuales nace el amor, el sexo por sí solo no es amor. Sexo y amor están tan separados como el Sol y la Luna.


Solo cuando el verdadero amor es lo más importante en la relación, el sexo se convierte en una forma de expresar ese amor. Aquellos que se preocupan demasiado del sexo fracasan en su intento de encontrar una relación conyugal satisfactoria. Es mediante el autocontrol que evitamos que el sexo sea la emoción dominante. En este mundo moderno, desafortunadamente, el amor es casi siempre destruido por poner demasiado énfasis en la experiencia sexual.

Aquellos que practican una moderación natural - no forzada - en su vida sexual desarrollan otras cualidades en la relación marido-mujer: amistad, comprensión, amor mutuo.

El abuso del sexo es comparable a conducir un coche sin aceite; el cuerpo no puede aguantarlo. Cada gota de esencia vital perdida es el equivalente a la pérdida de ocho gotas de sangre. Pero el punto importante a recordar es aprender a controlarse - la mera supresión puede ser perjudicial.

Las mujeres no deberían luchar por atraer al hombre con su atractivo físico. Uno siempre debería parecer arreglado, y no es malo querer ser atractivo, si se hace con buen gusto. Pero es erróneo intentar atraer a propósito al sexo opuesto mediante la atracción sexual.

La atracción entre el hombre y la mujer debe surgir del alma. Aquellos que tienen autocontrol tienen mejores oportunidades para atraer a la pareja correcta. Muchas chicas han venido a quejarse de que los chicos quieren tener relaciones sexuales primero o no quieren saber nada de ellas. La experiencia sexual es ruinosa para los jóvenes.


fragmentos
Paramahansa Yogananda

domingo, 19 de octubre de 2014

LIBROS-AMADO NERVO



Libros, urnas de ideas;
libros, arcas de ensueño;

libros, flor de la vida

consciente, cofres místicos

que custodiáis el pensamiento humano;
nidos trémulos de alas poderosas,
audaces e invisibles;
atmósferas del alma;
intimidad celeste y escondida
de los altos espíritus.

Libros, hojas del árbol de la ciencia;
libros, espigas de oro
que fecundara el verbo desde el caos;
libros en que ya empieza desde el tiempo,
libros (los del poeta)
que estáis, como los bosques,
poblados de gorjeos, de perfumes,
rumor de frondas y correr de agua;
que estáis llenos, como las catedrales,
de símbolos, de dioses y de arcanos.















Libros, depositarios de la herencia
misma del universo;
antorchas en que arden
las ideas eternas e inexhaustas;
cajas sonoras donde custodiados
están todos los ritmos
que en la infancia del mundo
las musas revelaron a los hombres.

 Libros, que sois un ala (amor la otra)
de las dos que el anhelo necesita
para llegar a la Verdad sin mancha.

Libros, ¡ay!, sin los cuales
no podemos vivir: sed siempre, siempre,
los tácitos amigos de mis días.











Y vosotros, aquellos que me disteis

el consuelo y la luz de los filósofos,
las excelsas doctrinas
que son salud y vida y esperanzas,
servidle de piadosos cabezales
a mi sueño en la noche que se acerca



AMADO NERVO

autógrafo

EL PAÍS EN QUE LA LLUVIA ERA LUMINOSA




Después de lentas jornadas a caballo por espacio de medio mes y por caminos desconocidos y veredas sesgas, llegamos al país de la lluvia luminosa.

La capital de este país, ignorado ahora, aunque en un tiempo fue escenario de claros hechos, era una ciudad gótica, de callejas retorcidas, llenas de sorpresas románticas, de recodos de misterio, de ángulos de piedra tallada, en que los siglos acumularon su pátina señoril, de venerables matices de acero.

Estaba la ciudad situada a la orilla de un mar poco frecuentado; de un mar cuyas aguas se debe a bacterias que viven en la superficie de los mares, a animálculos microscópicos que poseen un gran poder fotogénico, semejante en sus propiedades al de los cocuyos, luciérnagas y gusanos de luz.

Estos microorganismos, en virtud de su pequeñez, cuando el agua se evapora, ascienden con ella, sin dificultad alguna. Más aún: como sus colonias innumerables son superficiales, la evaporación las arrebata por miríadas, y después, cuando los vapores se condensan y viene la lluvia, en cada gota palpitan incontables animálculos, pródigos de luz, que producen el bello fenómeno a que se hace referencia.

A decir verdad, el mar a cuyas orillas se alzaba la ciudad término de mi viaje no siempre había sido fosforescente. El fenómeno se remontaba a dos o tres generaciones. Provenía, si ello puede decirse, de la aclimatación en sus aguas de colonias fotogénicas (más bien propias de los mares tropicales), en virtud de causas térmicas debidas a una desviación del Gulf stream, y a otras determinantes que los sabios, en su oportunidad, explicaron de sobra. Algunos ancianos del vecindario recordaban haber visto caer, en sus mocedades, la lluvia oscura y monótona de las ciudades del Norte, madre del esplín y de la melancolía.



Desde antes de llegar a la ciudad, al pardear la tarde de un asoleado y esplendoroso día de julio, gruesas nubes, muy bajas, navegaban en la atmósfera torva y electrizada.

El guía, al observarlas, me dijo:
-Su merced va a tener la fortuna de que llueva esta noche. Y será un aguacero formidable.
Yo me regocijé en mi ánima, ante la perspectiva de aquel diluvio de luz…

Los caballos, al aspirar el hálito de la tormenta, apresuraron el paso monorrítmico.
Cuando aún no trasponíamos las puertas de la ciudad, el aguacero se desencadenó.
Y el espectáculo que vieron nuestros ojos fue tal, que refrenamos los corceles, y a riesgo de empaparnos como una esponja, nos detuvimos a contemplarlo.

Parecía como si el caserío hubiese sido envuelto de pronto en la terrible y luminosa nube del Sinaí…


Todo en contorno era luz; luz azulada que se desflecaba en las nubes en abalorios maravillosos; luz que chorreaba de los techos y era vomitada por las gárgolas, como pálido oro fundido; luz que, azotada por el viento, se estrellaba en enjambres de chispas contra los muros; luz que con ruido ensordecedor se despeñaba por las calles desiguales, formando arroyos de un zafiro o de un nácar trémulo y cambiante.

Parecía como si la luna llena se hubiese licuado y cayese a borbotones sobre la ciudad…

Pronto cesó el aguacero y traspusimos las puertas. La atmósfera iba serenándose.

A los chorros centellantes había sustituido una llovizna diamantina de un efecto prodigioso.

A poco cesó también ésta y aparecieron las estrellas, y entonces el espectáculo fue más sorprendente aún: estrellas arriba, estrellas abajo, estrellas por todas partes.

De las mil gárgolas de la Catedral caían todavía tenues hilos lechosos. En los encajes seculares de las torres brillaban prendidas millares de gotas temblonas, como si los gnomos hubiesen enjoyado la selva de piedra. En los plintos, en los capiteles, en las estatuas posadas sobre las columnas; en las cornisas, en el calado de las ojivas, en todas las salientes de los edificios, anidaban glóbulos de luz mate. Los monstruos medievales, acurrucados en actitudes grotescas, parecían llorar lágrimas estelares.

Y por las calles inclinadas y retorcidas, como un dragón de ópalo fundido, la linfa brillante huía desenfrenada, saltando aquí en cascadas de llamas lívidas, bifurcándose allá, formando acullá remansos aperlados en que se copiaban las eminentes siluetas de los edificios, como en espejos de metal antiguo…

Los habitantes de la ciudad (las mujeres, sobre todo), que empezaban a transitar por las aceras de viejas baldosas ahora brillantes, llevaban los cabellos enjoyados por la lluvia cintiladora.

Y un fulgor misterioso, una claridad suave y enigmática se desparramaba por todas partes.

Parecía como si millares de luciérnagas caídas del cielo batiesen sus alas impalpables.

Absorto por el espectáculo nunca soñado, llegué sin darme cuenta, y precedido siempre de mi guía, al albergue principal de la ciudad.

En la gran puerta, un hostelero obeso y cordial me miraba sonriendo y avanzó complaciente para ayudarme a descender de mi cabalgadura, a tiempo que una doncella rubia y luminosa como todo lo que la rodeaba, me decía desde el ferrado balcón que coronaba la fachada:

-Bien venida sea su merced a la ciudad de la lluvia luminosa.
Y su voz era más armoniosa que el oro cuando choca con el cristal.



AMADO NERVO

AMOR ETERNO



Podrá nublarse el sol eternamente; 
Podrá secarse en un instante el mar; 
Podrá romperse el eje de la tierra 
Como un débil cristal. 
¡todo sucederá! Podrá la muerte 
Cubrirme con su fúnebre crespón; 
Pero jamás en mí podrá apagarse 
La llama de tu amor.

G.A. BECQUER

LA COPA DE LAS HADAS




¿Fue en las islas de las rosas, 
en el país de los sueños, 
en donde hay niños risueños 
y enjambre de mariposas? 
Quizá. 
En sus grutas doradas, 
con sus diademas de oro, 
allí estaban, como un coro 
de reinas, todas las hadas. 
Las que tienen prisioneros 
a los silfos de la luz, 
las que andan con un capuz 
salpicado de luceros. 
Las que mantos de escarlata 
lucen con regio donaire, 
y las que hienden el aire 
con su varita de plata. 



¿Era día o noche? 
El astro 
de la niebla sobre el tul, 
florecía en campo azul 
como un lirio de alabastro. 
Su peplo de oro la incierta 
alba ya había tendido. 
Era la hora en que en su nido 
toda alondra se despierta. 
Temblaba el limpio cristal 
del rocío de la noche, 
y estaba entreabierto el broche 
de la flor primaveral. 
Y en aquella región que era 
de la luz y la fortuna, 
cantaban un himno, a una, 
ave, aurora y primavera. 
Las hadas aquella tropa 
brillante, Delia, que he dicho, 
por un extraño capricho 
fabricaron una copa. 
Rara, bella, sin igual, 
y tan pura como bella, 
pues aún no ha bebido en ella 
ninguna boca mortal. 
De una azucena gentil 
hicieron el cáliz leve, 
que era de polvo de nieve 
y palidez de marfil. 
Y la base fue formada 
con un trémulo suspiro, 
de reflejos de zafiro 
y de luz cristalizada. 
La copa hecha se pensó 
en qué se pondría en ella 
(que es el todo, niña bella, 
de lo que te cuento yo). 
Una dijo: La ilusión; 
otra dijo: La belleza; 
otra dijo: La riqueza; 
y otra más: El corazón. 
La Reina Mab, que es discreta, 
dijo a la espléndida tropa: 
Que se ponga en esa copa 
la felicidad completa. 
Y cuando habló Reina tal, 
produjo aplausos y asombros. 
Llevaba sobre sus hombros 
su soberbio manto real. 
Dejó caer la divina 
Reina de acento sonoro, 
algo como gotas de oro 
de una flauta cristalina. 
Ya la Reina Mab habló; 
cesó su olímpico gesto, 
y las hadas tanto han puesto 
que la copa se llenó. 
Amor, delicia, verdad, 
dicha, esplendor y riqueza, 
fe, poderío, belleza... 
¡Toda la felicidad!... 
Y esta copa se guardó 
pura, sola, inmaculada. 
¿Dónde? 
En una isla ignorada. 
¿De dónde? 
¡Se me olvidó!... 
¿Fue en las islas de las rosas, 
en el país de los sueños, 
en donde hay niños risueños 
y enjambres de mariposas? 

Esto nada importa aquí, 
pues por decirte escribía 
que esta copa, niña mía, 
la deseo para ti.


RUBEN DARIO