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domingo, 5 de febrero de 2017

Cuando mueren las Utopías





Para los que aún estamos envueltos en los pesados mantos de la ignorancia y la carnalidad, toda muerte es triste. Puede ser bella, como la del Sol de todas las tardes, o gloriosa como la de Leónidas en las Termópilas, pero los humanos, asomados al marco asimétrico de una Historia en marcha, la contemplamos con los ojos húmedos.

Los filósofos, los de verdad, reconocen en cada cambio un escalón más de una marcha -a través de ciclos de necesidad- desde la aún no comprobada existencia y caída de otras Humanidades, como la llamada Lemur o la Atlante, hasta las relativamente conocidas ccivilizaciones Egipcia, Sumeria, Maya, Mochica, China...o las más históricas de Grecia y Roma. Todo viene, permanece y se va... y así, para empezar de nuevo en sucesivas reencarnaciones del Misterio que nos anima, nos justifica y es el realizador de nuestra existencia.


En las postrimerías del siglo XX, asistimos al final de una utopía, una mentira con apariencia agradable y esperanzadora. En su lugar, renacen los fanatismos, las sectas, los racismos y tribalismos de todo tipo.

En algún lugar de la misteriosa Caverna del Tiempo, ha sonado la hora fatal para esta forma de Cultura y Civilización y una nueva Edad Media se precipita sobre nosotros, devorando días y meses y años, desde el futuro.


No puede ser casualidad.


Si la invasión de la URSS sobre varios Países de Europa y Asia no causó más que condenas teóricas; la de USA sobre Corea, Vietnam, Panamá, débiles recriminaciones; la de Israel sobre Jaffa, Cisjordania y Líbano -que a su vez es "balcanizado" por Jordania- sólo admoniciones; si en el nombre de Alá  Iran e Irak han sostenido una guerra de posiciones que costó más de un millón de muertos para terminar en nada...¿por qué la invasión del diminuto Emirato de Kuwait ha movilizado tales y tan amenazadoras fuerzas?


Además, y a pesar de los festejos que según la época se hicieron, es evidente que las Revoluciones han fracasado -o por lo menos han dado frutos no siempre dulces-, desde la Francesa hasta la Fascista y la Marxista-Leninista. Ninguna pasó del grado cualitativo de la utopía. Y también lo es el Capitalismo y su brazo político, la Democracia. Asistimos a un espectáculo mundial injusto, barbárico, cruel, aunque esté bañado de bellas palabras y esas "condenas unánimes" de las Naciones Unidas.


Todo va convirtiéndose en mentira. Los "Cinco Grandes" con "derecho a veto" en el Sumo Tribunal de las Naciones, ya no lo son como antes. La URSS enfrenta no sólo enemigos externos, sino los internos de un movimiento centrífugo-nacionalista que amenaza su propia existencia; en USA, aunque el proceso no es por ahora tan evidente, se está gestando a pasos agigantados en base a las diferencias étnicas, raciales y religiosas. Francia y Reino Unido han perdido sus colonias anticipadamente, como pago por los servicios recibidos durante la II Guerra Mundial; y China es hoy un gigante de barro aferrado a un sistema congelado que presenta cada día nuevos fallos. Por el contrario, surgen verdaderas potencias como Japón y Alemania. Obviamente, el equilibrio establecido en el Mundo debe cambiar.


El mismo derecho al veto, en una Organización Mundial que presume de ser democrática, es una contradicción, basada más en la fuerza de las armas que decidieron la última Gran Contienda que en cualquier forma de Derecho conocido.


Por otra parte, el tan mentado Sistema Democrático no es, obviamente, ni el mejor ni el más actualizado. Es, más bien, una forma primitiva donde los más imperan sobre los menos, sin importar la calidad ni la profesionalidad, sino el número, y en donde el voto de un Catedrático de Derecho Internacional vale tanto como el de un analfabeto. Y no condenamos esto por el hecho de que el segundo no sepa leer ni escribir, sino porque, no sabiendo, no puede emitir opinión ni juicio sobre lo que ignora. Y obligarle a hacerlo, es contrario al más elemental principio de libertad y respeto por la persona humana. Pero se hace para mantener una farsa que luego es, como siempre, manipulada por los poderosos, los fuertes.




¿Cómo puede un hombre comprender a otro cuando se desconoce a sí mismo?

Tal es la incomprensión.

Y mientras se hunde la Gran Utopía del Modernismo se desatan las pasiones y campea la violencia. Con penuria y sangre salimos de una ilusión y ya el Mundo no será como antes. Incluso los Países Arabes y el Estado de Israel ya no serán como antes. Pero para ellos el cambio durará relativamente poco. Es al Mundo Europeo al que más afectará esta precipitación kármica. Este mundo corrupto de comerciantes latinos, sajones, eslavos, que no han vendido a su madre porque aún están discutiendo de dónde provienen cada uno de ellos.

Pero luego de la crisis vendrán tiempos de mayor realidad. Un Mundo más difícil y egoísta, pero más real y humano.

En síntesis, un Mundo diferente, porque la Gran Utopía está muriendo y su Gran Engaño va a tener que refugiarse en los últimos rincones de la Tierra. Y el último marxista y el último capitalista, dentro de poco tiempo, se morirán abrazados de risa, al ver a las multitudes saludar al Sol Naciente, por la mañana.


¡Empezaremos otra vez!


Jorge Angel Livraga-  1990
fragmentos de: CUANDO MUEREN LAS UTOPIAS
Cruz de París en Artes, Ciencias y Letras

1 comentario:

pere llobet dijo...

Pienso que como minimo,desde antes de 1789...no hay ni un solo acontecimiento importante y relevante,que no este programado para mantener la elite económica y política mundial.....y en lo esencial ....mas de 300 años de insoportable y repugnante farsa teatral....no visible a los amplios sectores de la población....