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Uno de  los  Maestros  dijo  que,  en  el  mundo  de  hoy,  donde  se  encuentran  tan  pocos  que  tengan   deseos   desinteresados  p...

viernes, 11 de mayo de 2018

100 asombrosas revelaciones de H. P. Blavatsky en Isis sin Velo

https://josecarlosfernandezromero.com/2018/05/10/100-asombrosas-revelaciones-de-h-p-blavatsky-en-isis-sin-velo/
-Hombres, partidos, sectas y escuelas son efímeras de un día. Tan sólo la VERDAD, asentada en roca de diamante, es eterna y suprema.
2-No creemos en magia alguna que trascienda a la capacidad de la mente humana, ni en “milagro” alguno, divino o diabólico, si por tal se entiende la transgresión de las eternas leyes naturales.
3-El corazón humano no se ha revelado todavía completamente a sí mismo ni hemos abarcado ni siquiera comprendido la amplitud de sus poderes.
4-La última eternidad encontrará en la primera su alma gemela
5-Lo esencial es siempre lo mismo, ya procedamos cercenando hacia dentro el mármol para descubrir la estatua oculta en su masa, ya hacia fuera, levantando piedra sobre piedra hasta terminar el templo.[1]
6-Combinando la ciencia con la religión se puede demostrar la existencia de Dios y la inmortalidad del espíritu humano tan fácilmente como un postulado de Euclides.
7-El espíritu del hombre es prueba del Espíritu de Dios, como una gota de agua es prueba de la fuente de donde procede (…) ¡Demostrar la existencia del alma por sus maravillosas facultades y demostraréis la existencia de Dios!
8-La falsificación es imposible sin modelo que falsificar. El fanatismo de los espiritistas prueba la ingenuidad y posibilidad de sus fenómenos. Nos dan hechos que debemos investigar, no afirmaciones que debemos creer sin pruebas.
9-La filosofía platónica es el más perfecto compendio de los abstrusos sistemas de la antigua India, y la única que puede ofrecernos un terreno neutral. Aunque Platón murió hace veintidós siglos, los intelectuales todavía se ocupan de sus obras. Platón fue, en la plena acepción de la palabra, el intérprete del mundo, el filósofo más grande de la era precristiana, que reflejó fielmente en sus obras el espiritualismo y la metafísica de los filósofos védicos que le precedieron. Vyasa, Jaimini, Kapila, Vrihaspati y Sumantu influyeron indeleblemente a través de los siglos en Platón y su escuela. Con esto probaremos que Platón y los sabios de la India tuvieron la misma revelación de la verdad. ¿No prueba su pujanza, contra las injurias del tiempo, que esta sabiduría es divina y eterna?
10-Asegura el neoplatónico Porfirio, que en los MISTERIOS se enseñaba y comentaba la filosofía de Platón.
11-Agustín, obispo de Hipona, declara que las antiguas doctrinas neoplatónicas son las esotéricas y originales doctrinas de los primeros discípulos de Platón y diputa a Plotino por un Platón resucitado. También explica los motivos que tuvo el gran filósofo para encubrir el sentido interno de sus enseñanzas.
12-El crimen de Sócrates fue descubrir a sus discípulos la doctrina secreta en lo que a los dioses se refería. Esta doctrina se enseñaba en los Misterios y era un crimen capital revelarla.
13-La facultad de contemplar la realidad directa e inmediatamente, sólo es propia de Dios, y la aspiración a este conocimiento es la filosofía propiamente dicha, o amor a la sabiduría. El amor a la verdad es inherentemente el amor al bien, y si predomina sobre todo deseo del alma y la purifica por su asimilación con lo divino y dirige las acciones del hombre, le eleva a participar de la Divinidad, y le ensalza a semejanza de Dios.
14-Incumbe a la Filosofía liberar al espíritu de la esclavitud de los sentidos, por medio de la disciplina, y liberarle al empíreo del puro pensamiento, a la visión de la verdad, bondad y belleza eternas.

16-Aristóteles no es un testimonio fidedigno, pues adulteró a Platón y casi puso en ridículo las ideas de Pitágoras.
17-Hay una regla de interpretación que debe guiarnos en el examen de toda opinión filosófica. “La inteligencia humana, bajo la necesaria acción de sus propias leyes, está impelida a mantener las mismas ideas fundamentales, y el corazón del hombre a alimentar los mismos sentimientos en toda época”.
18-Reconoce la ciencia moderna que las leyes superiores de la naturaleza asumen la forma de enunciado cuantitativo. Esto es quizás una más explícita afirmación de la doctrina pitagórica. Los números se consideran como la mejor representación de las leyes de armonía que regulan el Cosmos. Sabemos que la teoría atómica y las leyes de combinación [la valencia química] están hoy, por decirlo así, arbitrariamente definidas por números. “El mundo es, en todas sus partes, una aritmética viva en su desarrollo y una verdadera geometría en su reposo”[2]
19-El Universo es la combinación de miles de elementos, y sin embargo es la expresión de un solo espíritu: un caos para los sentidos, un cosmos para la razón.
20-La idea que tiene el hombre de Dios es la deslumbradora luz que ve reflejada en el cóncavo espejo de su propia alma, pero esta imagen no es en realidad la de Dios, sino su propio reflejo. Su gloria está allí, pero el hombre ve a lo sumo la luz de su propio espíritu que es cuanto puede ver. Cuanto más limpio esté el espejo, más resplandecerá la imagen divina. Pero el mundo exterior no puede permanecer allí al mismo tiempo. Para el yogui en éxtasis, para el profeta iluminado, el espíritu brilla como el sol al mediodía; para la viciosa víctima de los atractivos terrenos, el resplandor desaparece, porque el grosero aliento de la materia empaña el espejo. Tales hombres reniegan de Dios y quisieran de un golpe privar de alma a la humanidad.
21-¿Ni DIOS ni ALMA? ¡Horrible y aniquilador pensamiento! Delirante pesadilla del lunático ateo, ante cuya alucinada vista pasa una horrible e incesante de chispas de materia cósmica, por nadie creadas, que aparecen, existen y se desenvuelven por sí mismas, es decir, por nada ni nadie y no proceden de ninguna parte ni van a parte alguna, sin que ninguna Causa las impela en un círculo eterno, ciego, inerte y SIN CAUSA.
22-La idea de que los números por su gran virtud producen siempre el  bien y nunca el mal, se refiere a la justicia, ecuanimidad y armonía. Cuando el autor [de Epinomis] dice que cada estrella es un alma individual, repite lo que los iniciados indos y los herméticos enseñaron antes y después que él; o sea, que cada astro es un planeta independiente, con alma propia, y que todos los átomos de materia están henchidos del divino flujo del alma del mundo, de modo que respiran, viven, sienten, sufren y gozan de la vida a su manera. ¿Qué físico puede negarlo con pruebas? Por lo tanto, debemos considerar los cuerpos celestes como imágenes de dioses que participan sustancialmente de los poderes divinos; y aunque su alma-entidad no es inmortal, su influencia en la economía del universo les da derecho a honores divinos, tales como los que tributamos a los dioses menores.
23-Al borde del negro abismo que separa el mundo espiritual del material, está la ciencia moderna con los ojos cerrados y la cabeza vuelta hacia atrás, pareciéndole infranqueable y sin fondo, aunque tiene en la mano una antorcha que con sólo bajarla a sus profundidades, la sacaría de su error. Pero el tenaz estudiante de filosofía hermética ha tendido un puente a través del abismo.
24-La titánica lucha, hoy más empeñada que nunca, entre el materialismo y el espiritualismo, nos ha determinado con preocupación constante a recopilar en los capítulos de esta obra, como armas en arsenal, el mayor número posible de hechos favorables al triunfo del espiritualismo. El materialismo de hoy, niño enfermizo y deforme, ha nacido del brutal ayer, y si no le atajamos los pasos, podría erigirse en nuestro dueño. Es el materialismo la bastarda progenie de la Revolución francesa, promovida por la mojigatería, la intolerancia y las persecuciones religiosas. Para evitar que se amortigüen las aspiraciones espirituales, que se desvanezca toda esperanza y se disipe la intuición que tenemos de dios y la vida futura, es preciso dejar en completa desnudez la falsedad de la teología moderna y distinguir escrupulosamente entre la religión divina y los dogmas humanos. Nuestra voz se levanta en pro de la libertad espiritual y en contra de toda tiranía científica o teológica
25-Desde la caída del género humano, la materia es un espeso muro interpuesto entre el mundo terrestre y el mundo de los espíritus.
26-El investigador científico no debe rehuir el estudio de ningún nuevo fenómeno, así fuera éste tan insólito como la caída de un hombre de la luna o la aparición de un espectro en su alcoba.
27-La geometría es entre todas las ciencias el más acabado modelo de síntesis y en toda su trama procede de lo universal a lo particular, o sea, el método platónico.
28-La teoría cosmológica de los números, que Pitágoras aprendió de los hierofantes egipcios, es la única capaz de conciliar la materia y el espíritu demostrando matemáticamente la existencia de ambos principiando por la de cada uno de ellos.
29-Algunas figuras geométricas tienen especial y profunda significación, como, por ejemplo, el cuadrado, emblema de la moral perfecta y la justicia absoluta, pues sus cuatro lados o límites son exactamente iguales. Todas las potestades y armonías de la naturaleza están inscritas en el cuadrado perfecto cuyo número 4 es la tercera parte del número 12 del dodecaedro, de suerte que el inefable nombre de Aquel se simboliza en la sagrada Tetractys, por quien juraban los antiguos místicos.
30- El alma inmortal tiene un principio aritmético y el cuerpo lo tiene geométrico. Este principio, como reflejo del Arqueos universal, se mueve por sí mismo y desde el centro se difunde por todo el cuerpo del microcosmos.
31-Si consideramos la teoría darwiniana del origen de las especies, advertimos que su punto de partida está situado, como si dijéramos frente a una puerta abierta, con libertad de atravesar o no el dintel a cuyo otro lado vislumbramos lo infinito, lo incomprensible, o, por mejor decir, lo inefable. Si el lenguaje humano es insuficiente para expresar lo que vislumbramos en el más allá, algún día habrá de comprenderlo el hombre que tiene ante sí la inacabable  eternidad.
32-Los mismos Misterios [en el siglo IV a.C.] estaban adulterados hasta el punto de ser especulaciones sacerdotales y fraudes religiosos. Pocos eran los verdaderos adeptos e iniciados, legítimos sucesores de los que dispersara la espada conquistadora del antiguo Egipto [Cambises, Darío o Jerjes?] Ciertamente había ya llegado la época vaticinada por el gran Hermes en su diálogo con Esculapio; la época en que impíos extranjeros reconvinieran a los egipcios de adorar monstruosos ídolos, sin que de ella quedara más que los jeroglíficos de sus monumentos como increíbles enigmas para la posteridad. Los hierofantes andaban dispersos por la haz de la tierra, buscando refugio en las comunidades herméticas llamadas más tardes esenios, donde sepultaron a mayor hondura que antes la ciencia esotérica. La triunfante espada del discípulo de Aristóteles no dejó vestigio de la un tiempo pura religión, y el mismo Aristóteles, típico hijo de su siglo, aunque instruido en la secreta ciencia de los egipcios, sabía muy poco de los resultados dimanantes de milenarios estudios esotéricos.
33-Para descubrir la gloriosa verdad, cifrada en las escrituras hieráticas de los papiros antiguos, es preciso poseer la facultad de la intuición, la vista del alma, como la razón lo es de la mente.
34-La razón humana no puede concebir una fuerza suprema e inteligente sin identificarla con un Ser también supremo e inteligente. Jamás el vulgo tendrá idea de la omnipotencia y omnipresencia de Dios sin atribuirle, en gigantescas proporciones, cualidades humanas.
35-El adepto hermético proclama que el simple sentido común excluye toda contingencia de que el universo sea obra del acaso, pues equivaldría este absurdo a suponer que los postulados de Euclides los dedujo un mono entretenido en jugar con figuras geométricas.
36-No es maravilla, pues, que los adeptos educados en los misteriosos santuarios de los templos obraran portentos en cuya explicación fracasaría la infatuada ciencia contemporánea. Es denigrante para la dignidad humana motejar de imposturas la magia y las ciencias ocultas, pues si hubiera sido posible que durante miles de años fuesen unas  gentes víctimas de los fraudes y supercherías amañados por otras gentes, necesario sería confesar que la mitad de los hombres son idiotas y la otra mitad bribones. ¿En qué país no se ha practicado la magia? ¿En qué época se olvidó por completo?
37-El mundo permanente de las verdades eternas que interpenetra el transitorio mundo de ilusiones y quimeras no ha de ser descubierto por las tradiciones de los hombres que vivieron en los albores de la civilización ni por los ensueños de los místicos que presumían de inspiración, sino que han de descubrirlo las investigaciones de la geometría y la práctica interrogación de la naturaleza.[3]
38-Ningún pueblo tan profundamente versado en geometría como los constructores de las Pirámides y otros titánicos monumentos antediluvianos y postdiluvianos, ninguno tampoco que tan prácticamente haya interrogado a la naturaleza. Prueba de ello nos da el significado de sus innumerables símbolos, cada uno de los cuales es plasmada idea que combina lo divino e invisible con lo terreno y visible, de suerte que de lo visible se infiere lo invisible, por estricta analogía, según el aforismo hermético: “Como es abajo, es arriba”. Los símbolos egipcios denotan profundos conocimientos en ciencias naturales y muy prácticos estudios de las fuerzas cósmicas.
39-Los antiguos daban título de dioses a los hombres eminentes y por lo tanto, la divinización de los mortales y considerarlos como dioses, no prueba que fuesen politeístas, del mismo modo que tampoco sería justo calificar de politeístas a los cristianos porque veneran las imágenes de sus santos. Los norteamericanos de hoy día no merecen ciertamente que de aquí a tres mil años les tilde la posteridad de idólatras, por haber levantado estatuas a Washington. Tan secreta era la filosofía hermética, que a Volney le pareció que los antiguos adoraban como divinidades los símbolos materiales y groseros, siendo así que eran meras representaciones de principios esotéricos.
40-La magia era una ciencia divina cuyo conocimiento conducía a la participación en los atributos de la misma divinidad. Dice Filo Judeo que “descubre los secretos de la naturaleza y facilita la contemplación de los poderes celestes.” Con el tiempo degeneró por abuso en hechicería y se atrajo la animadversión general; pero nosotros hemos de considerarla tal como fue en los tiempos de su pureza, cuando las religiones se fundaban en el conocimiento de las fuerzas ocultas de la naturaleza.
41-Muchos de nuestros empedernidos escépticos pertenecen a las logias masónicas. Todavía existen, aunque sólo de nombre, los rosacruces que tanto sobresalieron en las artes curativas durante la Edad Media. Podrán derramar lágrimas sobre la tumba de su respetable maestro Hiram Abiff, pero en vano buscarán el sitio donde estuvo la rama de acacia. Sólo queda la letra muerta; el espíritu se desvaneció. Parecen coristas ingleses o alemanes que en el cuarto acto de Hernani bajan a la cripta de Carlomagno para entonar el coro de la conspiración en lengua extraña. Así los modernos caballeros del sagrado Arco, aunque bajen todas las noches “por los nueve arcos a las entrañas de la tierra”, jamás descubrirán el sagrado Delta de Enoch. Los caballeros del Valle del Norte y del Valle del Sur, tal vez se figuren que la iluminación despunta en su mente y que según adelanten en la masonería irá rasgándose el velo de la superstición, la tiranía y el despotismo; pero todo esto serán vanas palabras mientras renieguen de su madre la magia y desconozcan a su hermano gemelo el espiritismo. En verdad que podéis dejar vuestros sitiales, ¡Oh Caballeros de Oriente!, y sentaros en el suelo con la cabeza entre las manos y apostura triste, porque valor os sobra para deplorar vuestra suerte. Desde que Felipe el Hermoso de Francia abolió la orden de los Templarios, nadie ha venido a resolver vuestras dudas, no obstante tantas pretensiones en contrario. Verdaderamente, venís errantes de Jerusalén en busca del perdido tesoro del lugar santo. ¿Lo hallasteis? ¡Ay!, no; porque el lugar santo está profanado y abatidas cayeron las columnas de sabiduría, fuerza y belleza. En adelante vagaréis en tinieblas y caminaréis humildemente por selvas y montes en busca de la palabra perdida. ¡Andad! No la encontraréis mientras reduzcáis vuestras jornadas a siete ni aún a siete veces siete, porque camináis en tinieblas que sólo puede disipar la fulgurante antorcha de la verdad, sostenida por los legítimos descendientes de Ormazd. Tan sólo ellos pueden enseñaros a pronunciar correctamente el nombre revelado a Enoch, Jacob y Moisés. ¡Pasad! Hasta que vuestra R.S.W. sepa multiplicar 333 de modo que resulten 666, el número de la bestia apocalíptica, debéis continuar siendo prudentes y manteneros sub-rosa.
42-Nos hallamos en el kali yuga de la época vigésimo octava del séptimo manvántara de 308.448.000 años, por lo que aún nos falta algún trecho que recorrer antes de llegar siquiera a la mitad de la vida del planeta.
43-Los antiguos lo mismo aplicaban el cálculo al progreso espiritual que al material de la humanidad, y así no será difícil descubrir la íntima relación establecida por los antiguos entre los ciclos cronológicos y los de la humanidad, si recordamos la suma importancia que daban a la constante y omnipotente influencia de los planetas en el destino de los hombres.
44-La rotación cíclica del planeta es simultánea con las rotaciones intelectual y espiritual, igualmente cíclicas. Así vemos en la historia de la humanidad un movimiento de flujo y reflujo semejante a la marea del progreso. Los imperios políticos y sociales ascienden al pináculo de su grandeza y poderío para descender de acuerdo con la misma ley de su ascensión, hasta que llegada la sociedad humana al punto ínfimo de su decadencia, se afirma de nuevo para escalar las próximas alturas que por ley ineludible y progresiva de los ciclos son ya más elevadas que las que alcanzó en el ciclo anterior.
45-Las edades de oro, plata, cobre y hierro no son ficción poética. La misma ley rige en la literatura de los diversos países. A una época de viva inspiración y espontánea labor literaria, sigue otra de crítica y raciocinio. La primera proporciona materiales al espíritu analítico de la segunda.
46-Todos aquellos caracteres que gigantescamente despuntan en la historia de la humanidad, como Buda y Jesús en el orden espiritual y Alejandro y Napoleón en el material, son reflejadas imágenes de tipos humanos que existieron miles de años antes, reproducidos por el misterioso poder regulador de los destinos del mundo, y por ello no hay personaje histórico eminente sin su respectivo antecesor en las tradiciones mitológicas y religiosas, entreveradas de ficción y verdad, correspondientes a pasados tiempos. Las imágenes de los genios que florecieron en épocas antediluvianas se reflejan en los periodos históricos, como en las serenas aguas del lago la luz de la estrella que centellea en la insondable profundidad del firmamento.
Como lo de arriba es lo de abajo. Como en el cielo, así en la tierra. Lo que fue, será.
47-Dice Porfirio que los números de Pitágoras son símbolos jeroglíficos de que se valía el ilustre filósofo para explicar las ideas relativas a la naturaleza de las cosas.
48-Por una parte, los teólogos cristianos anatemizan a quien no cree en la existencia del Dios personal y del diablo también personal, mientras que para los materialistas no hay más Dios que la sustancia gris del cerebro y tienen por tres veces idiotas a cuantos creen en el diablo. Entretanto, los ocultistas y filósofos merecedores de este nombre perseveran en su labor sin hacer caso de unos ni de otros. Ninguno de ellos tiene de Dios el absurdo, pasional y veleidoso concepto que la superstición forjara, pero todos distinguen entre el bien y el mal. La razón humana, emanada de nuestra mente finita, no alcanza a comprender la infinita inteligencia de la ilimitada entidad divina y como lógicamente no puede existir para nosotros lo que cae más allá de nuestro entendimiento, de aquí que la razón finita coincida con la ciencia en negar a Dios. Pero por otra parte, el Ego que piensa, siente y quiere independientemente de la envoltura mortal en que alienta, no sólo cree, sino además sabe que existe Dios, la vida de nuestras vidas en Quien todos vivimos y Él vive con nosotros. Ni la fe dogmática es capaz de robustecer este convencimiento, ni las demostraciones físicas logran quebrantarlo una vez nacido en la recatada intimidad de la conciencia.
49-La humanidad advierte instintivamente la presencia del Poder supremo, porque sin Dios poseería el universo un cuerpo sin alma. Como quiera que las multitudes desconocían el único camino donde hubieran podido hallar las huellas de Dios, llenaron el desolador vacío con el personal Dios plasmado de propósito por la teología con materiales exotéricamente entresacados de los mitos y filosofías paganas. ¿Cómo, si no, se hubieran derivado tantas sectas, de las cuales llegaron algunas al último extremo del absurdo?
50-La religión que probara científicamente la inmortalidad del alma pondría a las dominantes en la alternativa de reformar sus dogmas en este sentido o de perder la adhesión de sus prosélitos.
51-Desde los orígenes de la especie humana estuvo la verdad bajo la salvaguarda de los adeptos del santuario.
52-Los depositarios de la primitiva revelación divina, que habían resuelto cuantos problemas caen bajo el dominio de la mente humana, formaban una comunidad universal, científica y religiosa que en continua cadena circuía el globo.
53-El momento es más propicio que nunca para la restauración de la filosofía antigua, pues arqueólogos, fisiólogos, astrónomos, químicos y naturalistas se acercan al punto en que hayan de recurrir a ella. Las ciencias físicas tocan ya los límites de la investigación y la teología dogmática ve agotadas las fuentes de que en otro tiempo bebiera. Si no mienten las señas, se acerca el día en que el mundo tenga pruebas de que únicamente las religiones antiguas estuvieron en armonía con la naturaleza, y de que la ciencia de los antiguos abarcaba todo conocimiento asequible a la mente humana. Se revelarán secretos durante largo tiempo velados; volverán a ver la luz del día olvidados libros de épocas remotas y perdidas artes de tiempos pretéritos; los pergaminos y papiros arrancados de las tumbas egipcias andarán en manos de intérpretes que los descifren, junto con las descripciones de columnas y planchas cuyo significado aterrorice a los teólogos y confunda a los sabios. ¿Quién conoce las posibilidades del porvenir?
54-Pronto ha de empezar, o mejor dicho, ha empezado ya la era restauradora. El ciclo está por terminar su carrera, y vamos a entrar en el siguiente. Las páginas de la historia futura contendrán pruebas evidentes de que “si en algo hemos de creer a los antiguos es en que los espíritus descendieron de lo alto para conversar con los hombres y enseñarles los secretos del mundo oculto”.
55-¿Le basta al hombre con saber que existe? ¿Le basta tener forma humana para engalanarse con el título de hombre? Estamos en la firme convicción de que para llegar a ser una entidad genuinamente espiritual en el verdadero sentido de esta palabra, debe el hombre regenerarse eliminando de su mente toda impureza egoísta y con ellas la superstición y los prejuicios.
56- Al principio nos vemos arrastrados dentro del negro círculo de la poderosa oleada magnética que emana así de los objetos materiales como de las ideas, y que nos invade, aprisionándonos en una cobardía moral, el temor de salir de la opinión pública. Y es raro que el ser humano acepte una idea por la libre acción del propio juicio, sino que, por el contrario, se inclina por la opinión dominante de la colectividad.
57-La ciencia se enriquece de día en día con nuevos descubrimientos químicos, físicos, fisiológicos y antropológicos. Los eruditos y doctos han de estar libres de todo prejuicio e idea preestablecida; pero no obstante la libertad de que actualmente disfrutan el pensamiento y las opiniones, los científicos no han modificado su temperamento intelectual. Utópico es presumir que el hombre cambie por la evolución y desenvolvimiento de nuevas ideas. Podemos abonar un campo para que cada año dé más copiosos y sazonados frutos; pero si cavamos en lo hondo, encontraremos la misma clase de tierra que al abrir el primer surco.
No hace todavía muchos años era anatemizado por hereje quien dudaba de los dogmas teológicos. La ciencia ha vencido Vae victis!… Pero el vencedor se atribuye a su vez la misma infalibilidad que debelara en el vencido, si bien tampoco puede probar su derecho a ello. Tempora mutantur et nos mutamur in illis, dijo el buen anciano Lotario, con apropiada aplicación a este caso.
58-El escepticismo, ya dimane de un ignorante o de un erudito; es incapaz de invalidar la inmortalidad del alma. “La razón está sujeta al error”, dice Aristóteles, y así puede ocurrir que la opinión del más ilustre filósofo sea más equivocada que el vulgar sentido común de su analfabeto cocinero.
59-En los Cuentos del Califa Impío, el sabio árabe Barrachias-Hassan-Oglu, dice prudentemente: “Guárdate, ¡oh hijo mío!, de la alabanza propia, porque embriaga con deleite. Aprovéchate de tu saber, pero respeta asimismo la sabiduría de tus padres. Y acuérdate, ¡oh amado mío!, de que la luz divina de la verdad de Allah alumbra a veces más fácilmente una mente rasa que otra que, por estar repleta de conocimientos, no da cabida al argentino rayo”
60-Mientras haya en la naturaleza un solo misterio inexplicado, es muy peligroso pronunciar la palabra imposible.
61-Dice Bacon que “El convencimiento no dimana de los argumentos, sino de la experimentación”. Los antiguos, y sobre todo los magos y los astrólogos caldeos, se distinguieron siempre por su ardiente anhelo de inquirir la verdad en las diversas ramas de la ciencia, pues se esforzaban en penetrar los secretos de la naturaleza, por los mismos métodos de observación a que recurren los modernos investigadores; y si estos se resisten a creer que aquellos ahondaran mucho más en los misterios del universo, no por ello es justo negar que poseyeran vastos conocimientos, ni tampoco acusarles de superstición, pues lejos de haber pruebas en estas imputaciones, cada nuevo descubrimiento arqueológico es un testimonio a su favor.
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https://josecarlosfernandezromero.com/2018/05/10/100-asombrosas-revelaciones-de-h-p-blavatsky-en-isis-sin-velo/

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