Cuando entramos en la Quietud y escuchamos, tenemos la oportunidad de sentir la vida que nos envuelve. Tenemos la oportunidad de ser una parte del mundo natural vivo y vibrante. Este lugar que llamamos Tuyoweh puede abrirnos una nueva comprensión si conseguimos dejar de lado la voz de la mente. La Quietud aporta una serenidad profunda a nuestros corazones y una fueza vital a nuestros cuerpos. Cuando practicamos la entrada en la Quietud en plena naturaleza, no hay separación entre las criaturas del bosque y la amabilidad de nuestros corazones.
Tomar tiempo para buscar el silencio del Tiyoweh y para escuchar es un acto de persona inteligente. Porque en ese lugar de serenidad nos convertimos en Unidad. A través de la Unidad, descubrimos la alegría de estar vivos.
De "LA MEDICINA DE LA TIERRA" de Jamie Sams
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