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viernes, 6 de junio de 2008

LAS MIGRACIONES



La Sabiduría Divina parece haberlas previsto en beneficio de las necesarias renovaciones, así como el poner en marcha el terrible juego de la supervivencia de los más aptos.

Una de las causas más notorias de las actuales tendencias hacia las migraciones es el desmedido crecimiento demográfico que se da en el llamado “Tercer Mundo”, alentado por las religiones que han tomado carta en el asunto esperando que, al ser más los pobladores, habrá suficientes creyentes en sus templos como para compensar el paulatino vacío que los está dominando.

Mientras no se controle el crecimiento demográfico, todo esfuerzo por alzar el nivel de vida será inútil; la Ley de Malthus se cumple inexorablemente. Hoy, las tres cuartas partes de la población mundial está en subdesarrollo y cada año es peor.

Esta explosión...  puede desencadenar migraciones de desesperados y penetraríamos muy rápidamente en una nueva Edad Media.

Tal vez sea inevitable pasar por una noche muy oscura para resurgir a la luz de un nuevo Amanecer Histórico. Tal vez se pueda paliar el desastre controlando desde ahora los absurdos restos de la “Modernidad” que, con sus utopías, nos ha llevado a este mundo injusto y polucionado. Mucho depende de la evolución de la política y la economía en los próximos diez años. Luego, toda reacción será tardía y estará destinada al fracaso.


Las desbocadas migraciones externas son un reflejo de otras que se producen en el interior del Hombre, que es hoy inestable, confuso y angustiado. Una renovación moral y espiritual, un abandonar viejas creencias y supersticiones religiosas, políticas, sociales y económicas es imprescindible para que esto se refleje en el mundo exterior. Lo que necesitamos no son tratados de paz ni de guerra; lo que necesitamos es un nuevo enfoque filosófico del Hombre y del Universo, que genere un nuevo orden armónico en simpatía con la Naturaleza, que no ignore a Dios….ni ignore al Hombre como Ser trascendente.



Fragmentos de un artículo de: Jorge Angel Livraga Rizzi- 1991

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